Los médicos de la India detectaron, a comienzos de mayo, un aumento de la mucormicosis, una infección rara que puede llegar a ser mortal y que también se conoce como hongo negro.

De acuerdo con el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés), en las últimas semanas se han reportado en la India miles de casos del hongo negro, cientos de hospitalizados y al menos 90 muertos debido a la infección.

El hongo negro es una infección causada por un moho que se localiza en ambientes húmedos como tierra o compost y que ataca las vías respiratorias. Una persona que se enferma con esta patología no contagia a los demás, porque no se transmite de persona a persona.

De acuerdo con el CDC, estos hongos no resultan perjudiciales para la mayoría de las personas pero pueden causar serios daños en el sistema inmunológico si este se encuentra debilitado.

Inicialmente, los hongos negros afectan los senos paranasales, pero pueden viajar hasta el pulmón. Una vez una persona inhala esporas del hongos, empieza a sentir una hinchazón en la cara, fiebre, úlceras en la piel y lesiones negras en la boca.

De acuerdo con la información de CNN, la enfermedad del hongo negro produce un ennegrecimiento o decoloración de la nariz, visión borrosa y dificultad para respirar ya que viaja por los vasos sanguíneos del infectado y compromete la circulación, lo que produce una necrosis o muerte del tejido, por eso se le conoce con este nombre.

Pacientes con la covid-19, más propensos a infectarse

Si bien esta es una enfermedad que no es potencialmente mortal y cuyo número de casos no suele sobrepasar el 20 o 30 %, los estudios del CDC demuestran que es probable que las personas contagiadas con la covid-19 puedan sufrir también de hongo negro.

Los pacientes que padecen coronavirus son especialmente susceptibles a padecer hongo negro porque el virus no solo afecta el sistema inmunológico sino que también los medicamentos que se usan disminuyen la respuesta inmunitaria, lo que abre la puerta a la infección.

Debido a estos factores, “los pacientes de covid se enfrentan a un nuevo riesgo de no poder luchar contra los ataques de organismos como los mucormicetos”, explicó el ministerio de la salud de la India.

Además, también aseguró que los pacientes que reciben terapias con oxigeno pueden tener humificadores en las unidades de cuidados intensivos lo que aumenta la humedad en la habitación y los hace más vulnerables a inhalar esporas de los hongos.

Sin embargo, el Ministerio aclaró que no significa que todas las personas que padecen de la covid-19 vayan a sufrir de mucormicosis sino que son más propensos a hacerlos.

Además, las personas que padecen de diabetes son más propensas a infectarse con el hongo negro. “Este cuerpo tiene una pequeña abertura a causa del covid, a causa de los azúcares (niveles altos de glucosa), a causa de los antibióticos, a causa de tantas otras cosas, (el hongo negro) consigue un hueco”, explicó el Ministerio.

¿Cómo se trata?

Las personas que se infectan con el hongo negro son tratadas con medicamentos antifúngicos que se administrar por vía intravenosa. El más usado es la anfotericina B, un fármaco usado actualmente para combatir el brote en varios estados de la India.

Un paciente puede tardar hasta seis semanas con los medicamentos para poder recuperarse, pero la velocidad con que se mejore solo dependerá de qué tan rápido se hizo el diagnóstico en primer lugar.

A menudo es necesario intervenir quirúrgicamente para cortar el tejido muerto o infectado. “En algunos pacientes, esto puede resultar en la pérdida de la mandíbula superior o, a veces, incluso del ojo”, dijo el Ministerio de Salud de la India en su declaración.

¿Cuántos casos se dan en el mundo?

La enfermedad del hongo negro se puede encontrar en cualquier parte del mundo aunque es bastante rara y es complicado hacer una estimación exacta de su prevalencia porque no se vigila constantemente ni se tienen datos exhaustivos.

En Estados Unidos, la vigilancia de laboratorio en el área de la bahía de San Fancisco entre 1992 y 1993 sugirió una tasa anual de 1,7 casos por millón de personas, según los CDC.