La ONG Human Rigths Watch (HRW) manifestó este viernes su desacuerdo con que las Fuerzas Armadas de Brasil realicen el recuento de votos de las elecciones presidenciales, previstas para octubre, tal y como ha defendido el presidente Jair Bolsonaro.

Bolsonaro ha cuestionado en repetidas ocasiones el sistema de recuento de votos del Tribunal Superior Electoral por supuestas irregularidades, si bien nunca ha llegado a aportar evidencias de esto, y ha criticado también al expresidente del organismo, el juez del Tribunal Supremo Luis Roberto Barroso.

A mediados de semana, el mandatario sugirió que el Ejército debería establecer un sistema paralelo para la noche electoral del 2 de octubre.

En este contexto, la directora de HRW en Brasil, Maria Laura Canineu, afirmó que Bolsonaro lleva a cabo una “temeraria y peligrosa campaña de desinformación contra el sistema electoral”, basándose en “afirmaciones infundadas de fraude electoral” y en el ataque a autoridades electorales y judiciales.

“Al sembrar dudas infundadas sobre el sistema electoral y proponer un sistema de recuento alternativo bajo su control, el presidente Bolsonaro parece estar sentando las bases para impugnar la voluntad del pueblo si no es reelegido o incluso intentar cancelar la votación”, dijo Canineu.

Así pues, desde la ONG han señalado en que impulsar un sistema electoral alternativo no está entre las funciones de las Fuerzas Armadas, pues, en una democracia, el sistema y recuento electoral deben estar manejados por autoridades independientes y no por un organismo que el propio Bolsonaro ha dicho que está bajo su mando.

“La comunidad internacional debería enviar un contundente mensaje al presidente Bolsonaro de que cualquier intento de subvertir el sistema democrático y el estado de derecho es inaceptable” subrayó la director de HRW en Brasil.

La población brasileña está llamada a las urnas a comienzos de octubre para celebrar unas elecciones presidenciales en las que, según las encuestas, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva se postula como el principal favorito por delante del propio Bolsonaro, que en principio no obtendría su reelección.

Lula llama “estúpido” a Bolsonaro

El expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva ha calificado este martes de “estúpido” al presidente Jair Bolsonaro, por indultar al diputado Daniel Silveira tras ser condenado a más de ocho meses de cárcel y otros tantos de inhabilitación, esto para ostentar cargos políticos por amenazas a los jueces del Tribunal Supremo.

“Creo que Bolsonaro fue estúpido cuando tomó esta decisión (...) porque cree que es una gracia misma, no un beneficio jurídico, sino gracia desde el punto de vista de las risas. Creo que es un mediocre”, valoró.

En ese sentido, el expresidente brasileño acusó a Bolsonaro de querer dirigir la agenda política, aunque ello signifique “salir en el telediario” por cualquier motivo, ya sea bueno o malo. “Tal y como es, puede ser malo lo que a él en verdad le gusta”, dijo.

La semana pasada, en menos de 24 horas, Bolsonaro otorgó el indulto a Silveira, aliado del Partido Laborista Brasileño por Río de Janeiro, incluso antes de que este presentara recurso para apelar un fallo con el que se le sentenció a ocho años y nueve meses de cárcel por insultos y amenazas a los magistrados del Supremo.

El indulto otorgado por Bolsonaro libera a Silveira de recalar en prisión, no así de la pena de inhabilitación para presentarse a un cargo público durante el tiempo que dure la sentencia. A su vez, deberá también hacer frente a la multa económica de cerca de 192.000 reales (37.800 euros).

El juez del Supremo que ha llevado la causa, Alexandre de Moraes, confirmó este martes que Bolsonaro está en disposición de presentar el indulto, que le libraría de entrar en prisión, pero no así de las otras penas, multa económica e inhabilitación política.

No obstante, De Moraes señaló que el Tribunal Supremo se guarda todavía la prerrogativa de analizar si el indulto puede aplicarse a pesar de que la sentencia no es firme y que en todo caso no afectaría a su inhabilitación política, detalla el periódico brasileño O Globo.

*Con información de Europa Press.