En Europa y América Latina y otro rincones del mundo, miles profesionales de la salud cubanos se han vuelto protagonistas de la lucha contra el covid-19. También ellos se han ganado el aplauso de la gente en distintos lugares por ponerse en la primera línea de esa dura empresa. Sin embargo, esas misiones que ofrece el gobierno de la isla, para -entre otras cosas- recibir divisas, tienen tambien un lado oscuro, según Human Rights Watch. La ong internacional con sede en Washington hizo en las últimas horas un llamado a los gobiernos que reciban estas misiones para que le exijan al gobierno de la isla que reforme las leyes y los reglamentos impuestos a estos trabajadores de la salud, porque van en contravía del derecho a la privacidad, de la libertad de expresión, de la libertad de asociación y del derecho al libre movimiento, entre otros. Son "normas draconianas", dice HRW en un comunicado firmado por el director para las Américas, José Miguel Vivanco.
La ong señala que, desde marzo pasado, Cuba ha enviado cerca de 1.500 profesionales médicos a más de 20 países del mundo -incluidos varios de Latinoamérica- para colaborar en la lucha contra la pandemia y alrededor de otros 30.000 ya se encontraban en el extranjero antes de esa fecha. Estos trabajadores -destaca HRW- pueden recibir sanciones si entablan “amistad” con personas que tengan “opiniones hostiles o contrarias a las de la revolución cubana” o con ciudadanos cubanos disidentes, o si “abandonan” su trabajo. No pueden vivir con "personas no autorizadas" y tienen que reportar todas sus "relaciones amorosas". “Los médicos cubanos enviados a responder a la pandemia de covid-19 ofrecen valiosos servicios a numerosas comunidades, pero a costa de sus libertades más básicas”, afirma Vivanco. Sin ingreso hasta por ocho años La resolución 168 de 2010, emitida por la cancillería cubana -resalta HRW- establece como infracción “frecuentar lugares que dañen [el] prestigio [del médico] en el concepto público” y también “concurrir a lugares que, dadas sus características, resulten proclives a alteraciones del orden público”. Los trabajadores de la salud también deben obtener “autorización” para “participar en actos públicos de carácter político o social” y no pueden libremente emitir valoraciones en medios de comunicación sobre las misiones o sus integrantes.
Las sanciones pueden ir desde la retención de salarios hasta la expulsión de la misión y el regreso a Cuba. Y el abandono del trabajo puede dar hasta ocho años de cárcel, "una medida que resulta absolutamente desproporcionada y que afecta el derecho a la libertad", dice el comunicado de HRW, que reconoce no ha podido determinar el número de trabajadores de la salud cubanos que han transgredido estas normas y leyes, ni cuántos han sido objeto de sanciones penales o disciplinarias, aunque sabe que son más frecuentes estas últimas.
Imagen del regreso de médicos cubanos de su misión reciente en Italia, a donde los llevaron para atender la emergencia por covid-19. GETTY HRW dice que algunos trabajadores sanitarios cubanos han informado que quienes dejan las misiones están sujetos a una prohibición de facto de ingresar a Cuba por ocho años, sin que esto esté establecido claramente en la legislación de la isla. "La disposición viola el derecho consagrado en el derecho internacional a ingresar al país propio", dice la ong. Por evitar represalias, salir del país y comer carne La entidad dice que relatoras especiales de la ONU sobre las formas contemporáneas de la esclavitud indicaron que habían recibido información, incluso de primera mano, sobre condiciones laborales que “podrían elevarse a trabajo forzoso”. HRW, citando como fuente a la organización Prisoners Defenders, habla de tres razones por las cuales los trabajadores aceptan las misiones: evitar represalias, salir del país y tener acceso a alimentos, como carne, que no pueden obtener con los salarios que pueden alcanzar en Cuba. Según la ong, los derechos a la privacidad, la libertad de expresión y asociación, la libertad y al libre movimiento se encuentran protegidos por el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, así como por otros tratados internacionales y por el derecho internacional consuetudinario y "la amplia mayoría de los países que reciben a médicos cubanos han ratificado el pacto", aunque no Cuba.
El trabajo forzado también se encuentra prohibido por los Convenios 29 y 105 de la Organización Internacional del Trabajo, ratificados por Cuba y la mayoría de los Estados que han recibido médicos cubanos. Varios de ellos también han ratificado el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, que reconoce el derecho a condiciones de trabajo equitativas y satisfactorias, así como a un nivel de vida adecuado. La Declaración Universal de Derechos Humanos también establece que toda persona tiene “derecho a salir de cualquier país, incluso del propio”, así como “a regresar a su país”. “Los gobiernos que acepten asistencia cubana que incluya condiciones abusivas impuestas por Cuba podrían convertirse en cómplices de graves violaciones de derechos humanos”, dice Vivanco.