El pasado 22 de enero, una embarcación que partió desde Bimini, en las Bahamas, rumbo al sur de la Florida, en Estados Unidos, quedó a merced del mar luego de que una gigantesca ola la impactara directamente. Así lo relató durante una rueda de prensa el único sobreviviente del naufragio, un joven colombiano llamado Juan Esteban Montoya.
Luego de permanecer tres días a la deriva, completamente solo en medio del océano, Montoya fue encontrado por un barco comercial, el cual dio aviso a la Guardia Costera para efectuar el rescate.
La angustia se apoderó de Montoya. Varias personas que venían en el bote jamás aparecieron, entre ellas su hermana menor, María Camila Montoya, de 18 años. En diálogo con CNN en Español, el único sobreviviente de este naufragio dio detalles sobre el momento de la tragedia y lo que vino después.
“Íbamos muchas personas en el bote, los motores dejan de funcionar después de que partimos y, con el tiempo, las olas y la cantidad de gente hacen que se voltee y se pierda”, contó Juan Esteban Montoya.
Aunque no se conoce el dato exacto sobre cuántas personas viajaban en la embarcación, Montoya sostiene que, aproximadamente, habrían sido 40. Los momentos posteriores al naufragio fueron de absoluto terror, incluso, algunos sobrevivientes decidieron rendirse y entregarse al océano.
“La cantidad de personas no la tengo muy presente porque en ese momento pierdo a mi hermana y eso es algo que no tiene explicación”, continuó Juan Esteban.
Después del hundimiento, Montoya volvió a ver a su hermana. Inmediatamente, trató de alcanzarla, sin embargo, al haber tantas personas, se agarraban entre sí y dificultaron el desplazamiento. Cuando llegó, la joven María Camila ya no estaba.
“Estos días han sido bastante difíciles, muy duros por la ausencia de mi hermana. Cuanto más días pasan, más se siente la ausencia. El dolor es muy grande. Mi corazón se partió en dos y parte de él me fue arrebatado”, confesó Montoya.
La inclemencia del mar se llevó a la mayoría de personas que venían a bordo de la embarcación. Según relató Juan Esteban, otras 15 personas consiguieron aferrarse a la parte del bote que se mantuvo a flote, pero el infierno a penas estaba por comenzar.
Transcurrieron cerca de tres días para que Montoya fuera rescatado. A mitad del mar y sin recursos, las horas se convirtieron en una eternidad. “Más o menos unas 15 personas quedan ahí. Con el transcurso del tiempo, por la falta de comida y de bebida, la gente comienza a perder la vida, a haber suicidios, ellos mismos se sueltan del bote”, recordó el único sobreviviente de la tragedia.
En medio de la adversidad, nunca perdió la fe. Las condiciones no estaban a su favor, pero un golpe de suerte cambió su historia. El joven Juan Esteban Montoya, finalmente, fue encontrado y rescatado.
“Estaba boca abajo en el bote cuando escuché algo y sentí que me golpeaba una ola. Había un bote cerca, no los saludé ni les hice señas, vinieron a mí y me dijeron que me ayudarían. Eran ángeles, para ser honesto”, dijo a CNN en Español.
Se encontraron cinco cuerpos
Luego de que se produjera el rescate de Juan Esteban, la Guardia Costera activó operativos de búsqueda para dar con el paradero de los demás tripulantes de la embarcación. Sin embargo, tras casi una semana, solo encontraron a cinco de ellos, sin vida.
Según mencionó Montoya, a bordo del bote viajaban personas de varias nacionalidades, entre ellas de Haití, República Dominicana, Jamaica y Colombia (él y su hermana).
Según informó CNN en Español, los abogados de Juan Esteban solicitarán el asilo político en Estados Unidos teniendo en cuenta la situación que vivía junto a su hermana en Colombia.