Lejos de terminarse, el huracán Lee ahora se dirige, con vientos de 128 km/h, hacia Nueva Inglaterra y el este de Canadá con una marejada de hasta 6 metros, fuertes vientos y lluvia. Los meteorólogos dijeron que los vientos rebasarían los 64 km/h en toda la región antes de que el meteoro toque tierra el sábado en la tarde.
Se pronostica que la tormenta tendrá más de 640 kilómetros de diámetro y vientos con fuerza de tormenta tropical cuando toque tierra, lo que ha suscitado preocupaciones por las posibles interrupciones del suministro eléctrico en Maine, el estado más forestado de la nación, donde el suelo está saturado de agua y los árboles están debilitados por las fuertes lluvias veraniegas.
Los pescadores sacaban el viernes del agua sus trampas para langostas, y los habitantes llevaban a tierra a centenares de embarcaciones, lo que hizo que algunos muelles parecieran pueblos fantasma, mientras trabajadores del sector eléctrico que llegaron desde lugares distantes como Tennessee tomaban posiciones antes de los fuertes vientos, marejadas y lluvia que se prevé abarcarán cientos de kilómetros de tierra y mar a causa del huracán Lee.
En South Thomaston, Dave Cousens, que perdió arreos de pesca cuando el huracán Bob azotó la zona en 1991, dijo que las personas dedicadas a la captura de langostas estaban ocupadas retirando sus trampas, que cuestan entre 100 y 170 dólares cada una, para evitar que sean dañadas por el mar embravecido.
Lee se ubicaba la tarde de este viernes a unos 465 kilómetros al sureste de Nantucket, Massachusetts. Aunque se pronostica que el ciclón de categoría 1 tocará tierra cerca de Nueva Escocia, tiene la dimensión suficiente para causar preocupaciones en una amplia zona, incluso si se debilita y se degrada a tormenta tropical. Partes costeras de Maine podrían tener olas de hasta 4,5 metros, las cuales causarán erosión y daños, y los fuertes vientos causarán apagones, dijo Louise Fode, del Servicio Meteorológico Nacional en Maine. Se pronostican también hasta 12 centímetros de lluvia para el este de Maine.
En Canadá, Ian Hubbard, meteorólogo de la agencia de Medio Ambiente y Cambio Climático de Canadá y del Centro Canadiense de Huracanes, dijo que Lee no será tan devastador como los remanentes del huracán Fiona, que arrojó casas al océano, interrumpió el suministro eléctrico en dos provincias y arrastró a una mujer hacia el mar hace un año.
Pero sigue siendo una tormenta peligrosa. Kyle Leavitt, director de la Organización de Gestión de Emergencias de Nueva Brunswick, pidió a los habitantes que permanezcan en casa. “Nada bueno puede resultar de salir a ver las grandes olas y qué tan fuerte es el viento”, advirtió.
Huracanes en el Atlántico
Las emisiones de aerosoles inducidas por el ser humano impulsan en gran medida las fluctuaciones de temperatura en el Océano Atlántico tropical.
Esto, según reveló un nuevo estudio climático dirigido por científicos de la Escuela Rosenstiel de Ciencias Marinas, Atmosféricas y Terrestres de la Universidad de Miami, en el que se encontró que dichas emisiones afectan a las precipitaciones en la región del Sahel de África occidental y a la formación de huracanes en el Atlántico.
Los hallazgos, publicados en la revista Nature, se producen en un año en el que varios huracanes, incluido el huracán Idalia, se formaron con unos días de diferencia sobre el Atlántico tropical.
“Nuestros hallazgos sugieren que el aumento y la disminución de la temperatura del océano Atlántico, los huracanes y las precipitaciones del Sahel se deben en gran medida a las emisiones inducidas por la actividad humana. Los nuevos resultados están ocultos en el ruido y solo puede revelarse mediante nuevas técnicas”, afirmó el autor principal del estudio, Chengfei He, investigador postdoctoral en la Escuela Rosenstiel.
*Con información de AP y Europa Press.