El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, reaccionó ante el posible recrudecimiento de las sanciones de Estados Unidos. Al respecto, manifestó que mantendrá abiertas las puertas del diálogo para llegar a acuerdos.
“Nunca cerraré las puertas del diálogo con nadie”, dijo el mandatario. A renglón seguido, hizo una petición especial a los negociadores con el Gobierno norteamericano para que le trasladen su mensaje al presidente Joe Biden. Curiosamente, lo hizo en inglés.
“Les digo a los negociadores que le digan al presidente Biden el siguiente mensaje: ‘If you want, I want. If you don’t want, I don’t want’. En caraqueño: Si tú quieres, yo quiero. Si tú no quieres, yo no quiero”, expresó Maduro.
Al tiempo que Maduro pronunció la frase en inglés, su público no contuvo la risa. Finalmente, cerraron con aplausos el “claro” mensaje que dirigió a su homólogo estadounidense.
“No somos colonia gringa”
El presidente Nicolás Maduro también desestimó la “amenaza” de Estados Unidos de revertir una flexibilización al embargo petrolero que impuso contra el país caribeño, en medio de presiones por condiciones en los comicios previstos para el 28 de julio.
Maduro señaló que más temprano su gobierno sostuvo una videoconferencia con representantes estadounidenses, una semana después de otra reunión en México en la que Washington expresó “preocupaciones sobre el proceso electoral” en el que el mandatario buscará un tercer mandato de seis años.
“Ellos siguen chantajeando que van a quitar la licencia 44″, dijo Maduro en uno de sus programas semanales de televisión. “Nosotros vamos a seguir adelante con licencia, sin licencia, nosotros no somos colonia gringa (...) nadie nos va a parar”.
La licencia general 44, emitida en octubre de 2023 por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (Ofac) del Departamento del Tesoro estadounidense, autoriza transacciones con la estatal petrolera PDVSA e inversiones en el sector energético de Venezuela.
Pero siempre estuvo condicionada a “avances” electorales. De hecho, la Casa Blanca advirtió en enero que podría revocarla por la inhabilitación de dirigentes opositores como María Corina Machado, favorita en las encuestas, de cara a los comicios del 28 de julio. Desde entonces, la oposición mayoritaria ha enfrentado otros obstáculos para participar en las elecciones.
“Es una licencia colonialista (...) porque Estados Unidos pretende monitorear, controlar, tutelar la industria petrolera de Venezuela”, reclamó el presidente. “Nosotros hemos tomado nuestro propio curso de trabajo, nuestro propio modelo económico, con amenazas, con sanciones, hemos aprendido a recuperarnos”.
El embargo al petróleo y el gas de Venezuela fue impuesto en 2019 como parte de una batería de sanciones que buscaban desplazar a Maduro del poder, pero la invasión de Rusia a Ucrania impulsó en Estados Unidos y Europa la búsqueda de fuentes de energía estables, lo que podría profundizarse con la crisis en Oriente Medio.
Washington ya había otorgado licencias particulares, como la concedida al gigante estadounidense Chevron en noviembre de 2022 para operar en Venezuela y cobrar con crudo deudas pendientes.
La producción de Venezuela se ubica alrededor de 800.000 barriles diarios, tras tocar piso a mediados de 2020, cuando se desplomó por debajo de los 400.000, pero está lejos de los tres millones que alcanzaba hace 15 años.