El Gobierno de Canarias, en España, ha decretado este lunes nuevos confinamientos ante la llegada de una nueva ola de lava al mar procedente directamente del volcán Cumbre Vieja, ubicado en la isla La Palma. La lava volvió a alcanzar el océano Atlántico desde el pasado 10 de noviembre, informó el Ministerio de Transportes español a través de sus redes sociales.
La erupción del volcán se inició a finales de septiembre y ha cubierto de lava más de 890 hectáreas, afectando hasta el momento 2.270 edificaciones e infraestructuras en esa región, según reportes de Copernicus, un programa de monitoreo dependiente de la Unión Europea (UE).
De acuerdo con las autoridades, los habitantes de los municipios de Los Palomares, San Borondón, Tazacorte y el diseminado de El Cardón, deberán permanecer en el interior de sus domicilios ante el riesgo de emanación de gases nocivos para la salud.
Adicionalmente, uno de los fenómenos naturales que más ha llamado la atención en las últimas horas tiene que ver con un rayo que impactó el volcán en plena erupción durante la noche del pasado domingo 21 de noviembre. Las imágenes del suceso han sido compartidas ampliamente a través de las redes sociales.
El aeropuerto de La Palma se encuentra operativo este lunes, aunque ha habido retrasos a primera hora de la mañana en vuelos interinsulares. De hecho, no se descarta un empeoramiento de las condiciones meteorológicas.
Los expertos han advertido que este empeoramiento en el clima puede afectar la navegación aérea, ya que se espera un giro del viento entre los niveles de 2.500 a 5.500 metros, lo que provocará un desplazamiento del penacho de cenizas, según el último informe publicado por Seguridad Nacional.
Los datos del satélite del programa Copernicus de la Unión Europea, publicado el pasado sábado 24 de octubre, evidenciaron que la lava registró un aumento de 2,9 hectáreas cubiertas y siete edificación más afectadas respecto a la anterior actualización sobre los daños causados por el fenómeno natural.
Por su parte, de las 2.270 infraestructuras dañadas por la lava, 2.143 han sido destruidas y 127 han sufrido daños, mientras que respecto a las carreteras, son 65 los kilómetros de vías destruidas y otros 3,5 kilómetros que podrían tener daños.
Las consecuencias de la erupción volcánica
La isla de La Palma, en la que vivían 85 mil personas, ha ido evacuando a sus habitantes a medida que estos se ven afectados por el paso de la lava ardiente del volcán. Los expertos han informado que hay tres flujos principales de lava, uno de los más alarmantes sería el que avanza por el norte hacia el océano Atlántico.
Tras la erupción, uno de los efectos que se han presentado son los daños que deja al medioambiente y al ecosistema marino. El 28 de septiembre, el magma tocó por primera vez la playa de Los Guirres en Tazacorte, y el contacto con el agua provocó que la lava se solidificara y se convirtiera como en un pedazo más de la isla.
Algo que llamó la atención durante la séptima semana de actividad del volcán es que el Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan) encontró una serie de “tesoros” en los cristales de lava que se expulsan.
Los expertos de esa entidad informaron a través de su cuenta de Twitter que la lava expulsada contiene elementos valiosos como “clinopiroxeno con agujas de apatita, óxidos de Fe-Ti, inclusiones magmáticas y fluidos”. El clinopiroxeno, por ejemplo, forma parte de un importante grupo de minerales conocido como ‘silicatos’, que se pueden encontrar en algunas rocas.
Los óxidos de Fe-Ti, presentes en las rocas del sureste de España, se producen a partir de la oxidación del mineral de hierro conocido como ‘magnetita’, mientras que las inclusiones magmáticas son masas de rocas fundidas en el interior de la Tierra.