Indignación e incertidumbre despierta en la población de Tegucigalpa un nuevo hecho violento ocurrido el pasado jueves, 14 de julio de 2022, en horas de la madrugada, cuando un grupo de jóvenes fue abordado por criminales a la salida de un establecimiento de entretenimiento nocturno y, tras hacerlos descender de varios vehículos, les propinaron varios disparos que acabaron con sus vidas.

El hecho, ocurrido en la capital de Honduras, tuvo un despliegue especial por parte de los medios de comunicación. Entre las víctimas de la masacre se encuentra un hombre de 23 años, identificado como Sair Lobo Bonilla, hijo del expresidente de Honduras Porfirio Lobo Sosa, quien luego de ser informado de lo ocurrido acudió al lugar para conocer lo sucedido y entregar declaraciones a la prensa.

Cámaras de seguridad captaron el actuar de los delincuentes

En lo corrido de la semana, y en el marco de las investigaciones que adelantan las autoridades para esclarecer el crimen, a través de las redes sociales también han circulado algunas imágenes de las cámaras de seguridad del lugar, en las que se puede apreciar los momentos en los que al lugar arriban, uniformados, fuertemente armados y a bordo de varios vehículos un grupo de delincuentes, quienes se dirigieron directamente hacia una camioneta que salía de un parqueadero, para hacer descender a sus víctimas, quienes, antes de ser acribilladas, fueron dispuestas, a manera de paredón, contra uno de los costados del parqueadero.

En medio de su dolor, el presidente Lobo afirmó no tener conocimiento de quien pudiese estar tras el crimen en contra de su hijo y algunos jóvenes más, elevando una petición especial a las autoridades para que no escatimen esfuerzos en la investigación que permita esclarecer lo ocurrido, además de poner fin a la ola de violencia que está azotando a su país.

Además de Said Lobo, en el listado de jóvenes asesinados en esta sangrienta matanza también se cuenta un sobrino de un alto mando militar de ese país, más precisamente el general, en uso del buen retiro, Romeo Vásques Velázquez, otrora jefe de las Fuerzas Armadas de Honduras, quien se encontraba en servicio activo durante junio de 2009, fecha en la que fue derrocado en un golpe de Estado el entonces presidente de ese país, Manuel Zelaya, esposo de la actual presidente de ese país, Xiomara Castro.

En declaraciones entregadas a medios de comunicación locales, el militar retirado lamentó lo acaecido, y la muerte de su sobrino, llamando a las autoridades a “dar una respuesta a los familiares de las víctimas”, con lo cual abogó por una juiciosa investigación que pudiere esclarecer lo ocurrido, y si el crimen se trató de un acto selectivo, o si la muerte de los jóvenes se trató de un hecho delincuencial motivado por otras situaciones.

En ese mismo sentido, el militar retirado llamó a las autoridades a no escatimar esfuerzos para conseguir la captura de los responsables del hecho que enluta a Tegucigalpa.

En sus declaraciones, el general retirado Romeo Vásquez también lamentó que “la delincuencia le esté ganando a las instituciones del Estado”.

Desde las autoridades de ese país, se desplegó un operativo especial para la investigación del crimen, que además de los familiares de Lobo y Vásquez, dejó a otras dos víctimas más.

Según versiones preliminares entregadas por la Policía a medios locales, el hecho ocurrió después de que personas desconocidas interceptaran varios vehículos en horas de la madrugada, minutos después de que sus ocupantes departieran en un centro de entretenimiento nocturno, obligándolos a descender del vehículo, para posteriormente acribillarlos.

Desde la Policía Nacional de Honduras se anunció la conformación de un equipo especial que será destinado a la investigación, y que tiene como misión la identificación y captura de los responsables.

Luego de conocerse la noticia, a través de las redes sociales, la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, se pronunció para rechazar los actos violentos y extender un saludo de condolencias al expresidente Porfirio ‘Pepe’ Lobo por la irreparable pérdida de uno de sus hijos.

“Solidaria con expresidente Porfirio Lobo, Rosita y familiares de jóvenes asesinados vilmente”, trinó Castro, en un mensaje en el que también expresó su rechazo contra los que denominó “escuadrones de la muerte que operan hace años con impunidad en Honduras”.

En su mensaje, la mandataria también animó a la Secretaría de Seguridad y a la Policía Nacional de Honduras a ‘no descansar’ hasta no lograr la desintegración de bandas delincuenciales como la responsable de esta vil acción que enluta a ese país.

Al igual que su esposa, el expresidente Zelaya también se pronunció a través de su cuenta de Twitter.

“El blanco sí era el hijo del expresidente Lobo”

Este fin de semana, a través de una rueda de prensa brindada desde la casa presidencial, la Secretaría de Seguridad de Honduras, a través de miembros del cuerpo de la Policía Nacional, entregó los primeros detalles sobre el avance de las investigaciones desplegadas desde el pasado jueves para esclarecer los hechos que rodearon la masacre en la que pereció el hijo de Lobo.

De acuerdo con lo revelado por el director de la Policía de Honduras, Gustavo Sánchez, las primeras pruebas recabadas en torno al crimen han permitido determinar que sí se trató de un caso de asesinato selectivo y que este tenía como blanco principal al hijo del exmandatario hondureño, un joven de 23 años, identificado como Said Lobo.

Entre los detalles de las investigaciones que adelanta la Policía Nacional de Honduras, el director Sánchez también apuntó: “Hemos logrado establecer la participación de al menos 11 personas, de las cuales tenemos capturadas seis″. Afirmó, además, que gracias a las pruebas recaudadas y al nuevo material probatorio recogido durante las acciones de allanamiento que han permitido la aprehensión de varios de los criminales relacionados con la masacre, “estamos en la capacidad de decir que esta operación fue realizada por la estructura criminal MS13″.

En el informe entregado en rueda de prensa, y presentado también a través de las redes sociales a través de un comunicado por parte de la Policía Nacional de Honduras, se detalló que entre los capturados se encuentra una persona que se hacía pasar como oficial del cuerpo policial de ese país.

La investigación, solicitada de manera especial por la presidenta de Honduras, Xiomara Castro de Zelaya, también ha permitido la incautación de dos armas de fuego empleadas durante la brutal masacre (que además quedó registrada a través de las cámaras de seguridad del establecimiento nocturno en que habían departido Said Lobo y sus acompañantes), así como un total de catorce celulares, y un vehículo usado para el transporte de los criminales.

Sobre la camioneta incautada, la Policía de Honduras detalló que se trata de un vehículo marca Volkswagen Amarok, color negro, que se convierte en pieza clave de la investigación, más si se tiene en cuenta que en ella se han practicado pruebas dactiloscópicas que se aúnan a otras evidencias en la diana de avanzar en la plena identificación de los delincuentes que tomaron parte del brutal asesinato.