Los tiburones son unos de los animales más temidos del agua, sus fuertes e inmensos dientes pueden acabar con la vida de una persona en solo cuestión de segundos, por lo que siempre es recomendable tener cierta precaución a la hora de acercarse a estos seres vivos.
Sin embargo, algunas personas se dejan llevar de la efusividad cuando de animales se trata y terminan con graves consecuencias. Fue el caso de un pescador desprevenido que terminó siendo arrastrado por un tiburón en el estado de Florida, Estados Unidos.
La situación quedó registrada en un video que se ha vuelto viral en las redes sociales. En las imágenes se observa como el hombre se encontraba en un día de pesca normal, una jornada que transcurría como cualquier otra en los canales de los Everglades.
En un momento, el hombre introduce sus manos en el agua con total tranquilidad, una acción que realiza en dos ocasiones, sin tener mayores consecuencias. Sin embargo, en cuestión de segundos aparece un tiburón que sorprende por completo a la víctima, algo que generó pánico en el bote, en el que se encontraban otras personas, quienes ya habían advertido que no era buena idea meter la mano en el agua.
En su intento desesperado por zafarse de la boca del animal, el sujeto terminan perdiendo el equilibrio y es arrastrado ferozmente por el tiburón, que aparentemente se lo intenta llevar al fondo del agua. Por su parte, las otras personas que estaban en el bote reaccionaron de forma rápida y ayudaron a su amigo.
Tras el ataque, los guardias y paramédicos de la zona auxiliaron de manera oportuna al pescador y finalmente fue trasladado en helicóptero al Jackson South Medical Center por personal de emergencia de Miami-Dade.
Según han informado medios locales, el hombre sufrió varias heridas en su brazo y mano, pero por fortuna se encuentra fuera de peligro. Hasta el momento no hay mayor información de este ataque, pero se cree que fue protagonizado por un tiburón toro, un animal que puede alcanzar una longitud de entre tres y cuatro metros.
La situación ha puesto en alerta a las autoridades que buscan tomar acciones para que las personas sean consientes de los peligros a los que se pueden enfrentar con estos animales. Además, el hecho ha generado reacciones en redes sociales y algunos usuarios afirman que esta será una experiencia que nunca se le olvidará al hombre, por lo que de ahora en adelante será más precavido.
Experta buceadora de 73 años pierde una pierna, tras el ataque de un tiburón en Bahamas
Al repasar las fotos que Heidi Ernst publica en su Facebook, es fácil comprender la gran pasión que siente por el buceo. En las imágenes, se le ve en sus diferentes salidas para practicar su deporte favorito o celebrando su inmersión número 500 (recientemente). Aunque a muchos les parezca extraño, también se ven las fotos de tiburones, que ha tomado bajo el agua en el mar de Bahamas, las islas donde más le gusta ir bucear.
A pesar de ser famosas por su ferocidad, Ernst cuenta que, en los 11 años que lleva buceando en la costa de Gran Bahama, estas criaturas marinas nunca la habían atacado ni a ella ni a ninguno de sus compañeros, sino que solían a veces acompañarlos en sus recorridos, o nadando a su alrededor. Por eso, el pasado 7 de junio, no le pareció nada extraño que uno de ellos se le acercara durante su excursión en Taino Beach.
Pero cuál no sería su sorpresa cuando al subir las escaleras para entrar al bote, sintió un violento zarpazo en su pantorrilla izquierda. En entrevista para KCCI, dijo que pudo ver al tiburón revoloteando en el agua y que lo golpeó con la mano para ahuyentarlo.
Cuando se pudo poner a salvo en el bote, contó, sintió que perdería la pierna. “Había sangre por todas partes. Me estaba muriendo, me estaba desangrando hasta morir. Tenía miedo de perder la vida y estaba muy adolorida”, recordó al hablar de su tragedia a The Gazette.
Al descubrir lo que pasaba, un miembro de la tripulación del barco le administró los primeros auxilios, aplicándole un torniquete en la pierna, con el fin de detener el sangrado.
Luego, una ambulancia aérea la condujo de urgencia al Rand Memorial Hospital y después al Ryder Trauma Center, más especializado, donde Ernst tomó, la que es quizá, la resolución más difícil de su vida: amputar la pierna ante el riesgo de infección, una condición que no se le hizo nada difícil comprender, ya que es fisioterapeuta.
“Tomé con el cirujano la decisión de que me cortara la pierna. Era evidente que no se podía salvar. Entonces, dije: ‘Sí, solo hagámoslo. Vamos a amputar”, le explicó a The Gazette.