La cordillera del Himalaya, la más alta de toda la tierra ubicada en el continente asiático, ha estado en la mira de las autoridades después de que los montañistas hayan denunciado una pila de basura que ahora está esparcida por una gran parte de la montaña.

Los mismos visitantes han convertido la montaña en un “cubo de basura gigantesco”. Según Luc Boisnard, de 53 años, quien dijo que los escaladores también arrojaron desechos a los glaciares de donde “volverían a emerger en 200 años”, según The Times.

Este alpinista creó la campaña Himalayan Clean-Up, una iniciativa comunitaria de limpieza que busca crear conciencia sobre la contaminación en esta importante cordillera. El mismo Luc trabajó en una expedición en el 2010 que sirvió para retirar una tonelada de desechos del Everest.

Los sherpas limpian los residuos que los montañistas dejan al subir las montañas en el Himalaya | Foto: Instagram/@tenzi_sherpa1999

En esta nueva expedición, las imágenes son impactantes, mostrando a Boisnard y su equipo caminando entre un montón de basura y desechos incluidas toallas higiénicas, tiendas de campaña abandonadas y botellas de plástico, según el Daily Mail.

‘Detrás de cada roca encuentras montones de botellas de oxígeno, latas, lonas y zapatos. Es realmente espantoso”, dijo el francés, y agregó que el 45 por ciento de los desechos eran plásticos.

No es la primera vez que el montañista realiza este tipo de campañas para limpiar las zonas de montaña, recientemente estuvo en Makalu, muy cerca del monte Everest, con diez sherpas, dos especialistas de altura y cinco cocineros para recoger basura, pero una infección pulmonar le obligó a retirarse.

Las autoridades de Nepal han intentado contener los desechos y concientizar a los montañistas para que recojan su propia basura, Nepal introdujo una ley en el 2014 que obliga a los escaladores a dejar un “depósito de basura” antes de sus ascensos.

La tarifa para este depósito es de 528.000 rupias nepalesas (£ 3.238) para el Everest y 396.300 (£ 2.428) para otras cumbres de más de 26.250 pies, Si los escaladores bajan los 8 kg de residuos que producen, se devuelve el dinero, dice el Daily Mail.

Este es un depósito de basura en ocasiones ineficiente como lo han analizado algunos alpinistas, e incluso la Universidad Lincoln adelantó un análisis realizado en el 2022 en el que determinó que este sistema de depósito de basura “no ha logrado los objetivos deseados en la gestión de desechos, particularmente debido a su bajo nivel de aceptación entre las partes interesadas y el bajo nivel de apoyo del gobierno”, según Tsewang Nuru Sherpa.

Una serie en Netflix, llamada ‘14 Peaks: Nothing Is Impossible’, muestra a un alpinista nepalí llamado Nirmal Purja intentando limpiar cada pico de más de 8.000 metros, mientras alerta a la gente sobre el problema que genera la contaminación en el Himalaya; las imágenes son aterradoras.

Este mismo montañista lanzó un proyecto similar al de Luc Boisnard, el de Purja tiene el nombre de Big Mountain Clean-Up en el que el y su equipo han retirado hasta 500 kilogramos de desechos de Manaslu hace dos años, una de las montañas más altas del mundo.

El desperdicio, según los observadores, es un subproducto de esta ‘cultura de la expedición’, con aproximadamente 600 personas escalando el Everest cada año, y un gran número también escalando otras cumbres, dice el Daily Mail.

Bachendri Pal, la primera mujer india en escalar el Everest en 1984, ha respondido a lo que ella llama la creciente naturaleza comercial del Everest, que dice que ahora atrae a escaladores ricos pero cada vez más incompetentes. “Ahora, cualquiera que tenga el dinero puede escalar como si fuera un lugar turístico, con 600 personas escalando cada año. Es una locura”, dijo a The Times of India.