Como se vio en Siria, las decisiones de política exterior de Donald Trump arriesgan la seguridad nacional de su país. Muchas denotan ignorancia o impulsividad, o, incluso, el beneficio personal de Trump. El estallido del ‘Ucraniagate’ puso el reflector sobre el problema. Este momento es especialmente sensible, pues el impeachment o juicio político al presidente ha sacudido la política estadounidense. Ahora más que nunca, Trump necesita el respaldo de su partido, pero su decisión unilateral de sacar las tropas estadounidenses de Siria le ha valido el repudio de la comunidad internacional y de su propio partido. Taiwán

Aparentemente por ignorancia, se ganó un problema internacional cuando, recién electo, habló por teléfono con la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen. El Ministerio de Relaciones Exteriores de China formuló una queja, pues violó un protocolo diplomático que se mantuvo por décadas. El rompimiento de dicho protocolo significa que Estados Unidos no reconoce a Taiwán como parte de China. Así, Trump se convirtió en el primer presidente estadounidense en conversar con un líder taiwanés desde que Washington estableció relaciones diplomáticas con Beijing en 1979. Siria

El retiro de las tropas estadounidenses de Siria trajo efectos catastróficos. Dos días después del anuncio, los turcos asesinaron a cientos de kurdos, aliados de Estados Unidos. La decisión fue hecha unilateralmente por el presidente, quien ignoró recomendaciones del Pentágono. Afganistán

Trump sorprendió al mundo el mes pasado cuando anunció la suspensión de los diálogos con la organización talibana justo cuando parecía que estaban a punto de lograr un acuerdo. Como de costumbre, comunicó la medida mediante la cuenta de Twitter. Su motivación parece ser política, pues en época preelectoral le resulta rentable despertar el sentimiento de euforia nacionalista que viene con el regreso a casa de los 14.000 militares estadounidenses. No obstante, ello conlleva un problema para la seguridad de Afganistán, pues, sin el apoyo de Estados Unidos, los ciudadanos se encuentran vulnerables frente a los ataques de Estado Islámico.

Australia

El Gobierno australiano confirmó, sin mayores detalles, que Trump contactó al primer ministro, Scott Morrison, para pedirle información relacionada con la investigación sobre el ‘Rusiagate’. The New York Times publicó que Trump presionó al primer ministro australiano para que, junto con el fiscal general, William Barr, desacreditara la investigación sobre la interferencia rusa en las elecciones de 2016. “Como en su llamada con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, la conversación con Morrison muestra que el presidente utiliza la diplomacia de alto nivel para avanzar en sus intereses personales”, dijo el periódico.

China

Cuando dijo que China también debería investigar a los Biden, varios senadores republicanos se sumaron a las voces de protesta. Susan Collins señaló que “el presidente cometió un gran error al pedir a China investigar a un rival político”. Ben Sasse expresó su indignación, a través de un tuit: “Si el chico Biden rompió reglas, eso es asunto de las cortes norteamericanas, no de tiranos comunistas que lideran campos de concentración donde torturan gente”. Mitt Romney fue más lejos. Condenó el “descaro sin precedentes de la apelación de China y Ucrania”. A lo que Trump, con su habitual desfachatez, respondió diciendo que deberían destituir a Romney. Corea del Norte

La escalada de insultos entre Trump y Kim Jong-un estuvo a punto de llevar al mundo a una guerra, pero el riesgo sigue latente. El presidente estadounidense, obstinado en demostrar su capacidad de negociación, pone en peligro no solo la seguridad de su país, sino la del mundo entero. Esta visión transaccional de los asuntos exteriores se basa en su confusión, pues Trump cree que puede manejar Estados Unidos como si se tratara de The Trump Organization.

Ucrania

Los demócratas le iniciaron un juicio político por cuenta de una llamada en la que Trump pide al presidente ucraniano, Volodímir Zelensky, investigar al hijo de su rival Joe Biden. Esta semana, un nuevo informante, fuente directa, dijo tener más datos. Rusia

Esta semana, una investigación del Senado, mayoritariamente republicano, confirmó que Rusia intervino en la campaña electoral de 2016 para favorecer el triunfo de Trump. El mismo partido del presidente reconoció que un Gobierno extranjero tuvo capacidad de decisión sobre la política interna de EE. UU.