Este sábado 10 de junio, al menos tres integrantes de la Guardia Real Británica se desmayaron mientras llevaban a cabo un ensayo del desfile por el cumpleaños del rey Carlos III, el próximo 17 de junio.
En el ensayo estaba presente el príncipe Guillermo, quien reconoció que las “difíciles circunstancias” en las que desarrolló el evento hizo que algunos integrantes de la Guardia Real Británica terminaran en el suelo.
“Gracias enormes a todos los soldados que han participado esta mañana bajo el calor. Circunstancias difíciles, pero todos habéis hecho un trabajo muy bueno. Gracias, G.”, dijo el príncipe Twitter.
Y no es para menos. Los integrantes de la Guardia Real Británica llevaron a cabo el ensayo mientras las temperaturas en Londres estaban alrededor de los 31 grados centígrados.
Además, como es normal, portaban sus túnicas de lana y gorros de piel de oso, mientras marchaban con su equipo militar o montaban a caballo, al ritmo de la música que interpretaban sus compañeros.
Teniendo en cuenta lo anterior, los guardias debieron ser auxiliados y hasta sacados en camilla para prestarles atención médica.
A continuación, uno de los incidentes con los guardias:
Vale destacar que una de las tradiciones vistosas del Reino Unido es el Trooping the Colour. Este año, dicho evento tendrá su toque especial, teniendo en cuenta que celebrará el cumpleaños de Carlos III como monarca.
Por lo tanto, el príncipe Guillermo inspeccionó a más de 1.400 soldados y 200 caballos de la División Doméstica de Guardias Galeses, Irlandeses, Escoceses y Granaderos, antes de la gran ceremonia Trooping the Colour.
Anuncian la fecha de la segunda coronación del rey Carlos III
No contentos con el despliegue de pompa que desplegaron el pasado 6 de junio, los británicos se aprestan ahora a una nueva muestra de ello, pero en un escenario distinto, Escocia.
Hasta el siglo XVIII este país fue un trono aparte, pero en 1707 se integró con Inglaterra para formar el Reino Unido.
A pesar de ello, ha persistido un orgullo nacional, por el cual los escoceses se niegan a olvidar que tuvieron su propia monarquía.
Por eso, cuando un nuevo rey sube al trono, se realizan allí los llamados “Honores”, que son como una versión más compacta de la coronación que tiene lugar por tradición en la Abadía de Westminster de Londres desde 1066.
Los actos, según anunció el gobierno escocés, tendrán lugar el próximo 5 de julio, en en Edimburgo, la capital..
Todo comenzará con la recolección de las joyas de la corona en el Castillo de Edimburgo, por parte de una procesión de unos cien representantes de todos los estamentos, pero en particular funcionarios destacados y miembros de organizaciones benéficas, así como militares y parlamentarios.
La procesión real, por su parte, ira del Palacio de Holyrood, residencia real, hasta la catedral de St. Gilles, donde tendrá lugar un oficio religioso de acción de gracias.
Allí les serán presentadas a los reyes Carlos y Camilla las joyas de la corona escocesa, que son mucho más antiguas que las que se conservan en Londres.
En la colección se incluyen la Corona de Escocia, el cetro y la Espada del Estado.
De la ceremonia también hará parte una pieza que se vio en la coronación en Londres, es decir, la Piedra de Scone o la Piedra del Destino.
Ello porque la piedra es originalmente de Escocia, que coronaba allí a sus reyes desde los comienzos del trono.