Julie Elrod, de 56 años, de Tampa, Florida en Estados Unidos, comenzó a usar las cámaras de bronceo porque se sentía “más sexy” y “más hermosa” bronceada, según cuenta el medio británico Daily Mail, que reporta el caso.

Cuando era adolescente se bronceaba por tiempos muy prolongados, pero con un poco más de 20 años empezó a recurrir a las cámaras de bronceo, bastante comunes en Europa y en Estados Unidos.

Elrod comenzó a usar este tipo de cámaras dos veces por semana desde sus 24 años, se considera adicta.

Diagnóstico de cáncer de piel

Después de 12 años de la rutina de cámara de bronceados, dos veces por semana, Elrod fue diagnosticada con cáncer de piel, a los 36 años. La mujer notó que se le había formado una costra en la frente y que no desaparecía, tras el estudio le fueron diagnosticados dos tipos diferentes de cáncer de piel: carcinoma de células basales y carcinoma de células escamosas.

“Tenía una pequeña mancha en la frente que no desaparecía. Era como una pequeña costra y cuando intentaba rasparla volvía a salir, así que me la hice revisar”, dijo la mujer, según el Daily Mail.

En algún momento Elrod pasó por una cirugía para tratar el cáncer, y pronto después de esto volvió a usar los salones de bronceado, algo que ella misma dice ahora, es como “la definición de estupidez”.

“Recuerdo que pensé (durante el diagnóstico) que me daba miedo y que era tan estúpida como para volver a las cámaras. Y luego volví al sitio, porque así de adictivo es....Ciertamente era consciente de los peligros, después de que me extirparan mi primer cáncer de piel y aún así fui (a usar las cámaras solares), lo cual es la definición de una estupidez absoluta”.

Un diagnóstico que repite

Solamente después de un segundo diagnóstico de cáncer de piel, Elrod empezó a hacer cambios en su vida. Elron reconoce que su adicción iba más allá de su control “Pero así de poderosos y adictivos son. Tuve dos cirugías y luego seguí durante unos seis meses y me salió más cáncer de piel y entonces fue cuando me dije: ok, tengo que cambiar mis hábitos aquí”.

La mujer hoy de 56 años considera que sus hábitos de bronceado son el “mayor error de su vida” y habla con la esperanza de instar a otros usuarios de camas solares a que dejen de hacerlo de inmediato, antes de que sea demasiado tarde.

Crema de quimioterapia tópica

Actualmente se ha sometido a 12 cirugías y se ha visto obligada a usar una crema de quimioterapia profundamente dolorosa en su aplicación, que la hacía sentir “como si su cuerpo estuviera siendo “quemado por un soplete”, era como “ácido en la cara”, según sus propias palabras.

Cada vez que lo aplicaba sentía que se “quería morir” del dolor. La crema que tuvo que aplicarse durante 27 días, le dejó notorias manchas en toda la cara.

“‘Nadie podría haberme preparado para lo que estaba a punto de experimentar. es tan doloroso Básicamente te quemas la cara todos los días durante un mes”, explicó.”

Además la mujer tiene hasta el momento más de 70 puntos de sutura. Le han tomado distintos injertos de piel de su cuello y su hombro, para la frente y las orejas.

“Las fotos mías con una cara roja brillante no están mejoradas, no tienen filtro y son exactamente como (se veían)...todos los días tenía que poner crema encima de eso...Básicamente era ácido quemándote la cara y tratando de matar las células cancerosas y fue horrible”, dice la madre de dos hijos y dueña de una escuela de Karate, cuando recuerda ese momento.