Colombia y México son dos países con estrechas relaciones políticas, comerciales y culturales que datan de 200 años. Como miembros de la Alianza del Pacífico, a la cual también pertenecen Chile y Perú, eliminaron diversos aranceles y la exigencia mutua de visa desde el primero de noviembre de 2012. Allí, en la chilena Antofagasta, la Alianza también acordó “profundizar el intercambio de información en tiempo real para controlar la migración de delincuentes por las fronteras”.
Después de años de relativa normalidad, aumentan las quejas contra agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) mexicano que rechazan el ingreso a colombianos, peruanos y chilenos, sin aparente razón. En lo que va de 2022, el número de viajeros colombianos rechazados es cifrado en 21.829 personas, el triple que en 2021, según la Asociación Colombiana de Agencias de Viajes y Turismo (Anato).
“Si es inadmitido/a tiene el derecho a llamar...”
Este 24 de octubre, representantes de las cancillerías de Colombia y México se reunieron, a pedido de Bogotá, para “discutir las violaciones de derechos humanos de las que han sido víctimas colombianos para ingresar a ese país”. Hasta este 25 de octubre, se “negociaba” el texto de los resultados del encuentro.
En todo caso, “recuerde que si es inadmitido tiene derecho a comunicarse con el Consulado y con un familiar”, recomienda la cancillería de Colombia a los viajeros a México en su sitio de internet. “El problema es que apenas llegamos nos quitan el celular y nos aislan varios días en los llamados ‘cuartos del rechazo’”, narra al medio Grupo Fórmula la colombiana Carolina Pedraza, a quien recientemente le denegaron la entrada a México “sin nisiquiera haber revisado los documentos en regla”. Los testimonios abundan y se asemejan.
Según el INM, “se ha identificado la intención de visitantes a México de cruzar ilegalmente la frontera hacia Estados Unidos”, es la escueta respuesta de la entidad migratroria mexicana a DW, sin entrar en detalles de nacionalidades, ni cifras ni tiempos.
México, la frontera “externalizada” de Estados Unidos
“La respuesta mexicana ante la llegada de migrantes y refugiados de toda la región da la impresión de que México le está haciendo el trabajo sucio a Estados Unidos”, dice a DW Geoff Ramsey, de la ONG WOLA, que aboga por el respeto de los derechos humanos en las Américas. “Ante esta realidad hay preocupaciones serias sobre el reconocimiento de los derechos de los viajeros, los migrantes y refugiados y, por supuesto, de sus posibilidades de pedir asilo en los países a los cuales están llegando”, agrega el experto estadounidense.
“A pesar de que no hemos registrado un aumento significativo de pasajeros de Colombia, Perú o Chile, los rechazos arbitrarios en los aeropuertos de México sí han aumentado considerablemente en los últimos cuatro años”, confirma a DW Lorena Cano, directora jurídica del Instituto para las Mujeres en la Migración (IMUMI), con sede en Ciudad de México.
Amenazas de Trump que tienen efecto hasta hoy
“Desde el gobierno de Donald Trump, cuando este amenazó con subirle los aranceles a México si no aceptaba frenar la migración desde aquí, está teniendo lugar una especie ‘externacionalización’ de las fronteras estadounidenses en suelo mexicano”, agrega la abogada y explica que “en México, históricamente hemos sido la primera frontera de Estados Unidos, pero ahora Washington nos financia y nos capacita para limitar los cruces de personas migrantes hacia la frontera norte”.
Las experiencias con personas inadmitidas llevan a concluir a IMUMI a que las autoridades migratorias mexicanas dejan a los viajeros aparentemente sin opciones de ingresar, aún llevando todos los papeles en regla.
La corrupción, la clave de los “rechazos arbitrarios”
Pero la experta del IMUMI destaca que la presión de Estados Unidos no justifica del todo el creciente número de inadmisiones ni el maltrato a los viajeros, y apunta a que es “el sistema de corrupción” que se ha tomado las taquillas de inmigración de los aeropuertos de Ciudad de México y Cancún, sobre todo. “Nos damos cuenta de que los rechazos son sistemáticos y totalmente arbitrarios, porque hemos sabido de muchos casos en los que les piden dólares en efectivo para poderlos dejar entrar”.
Un caso narrado por El País de este 24 de octubre lo corrobora. Al colombiano Santiago Angulo, agentes del INM en el aeropuerto de Mexicali (Baja California) le exigían dos mil dólares para poder salir del cuarto de rechazo. Angulo logró contactar a un abogado que impidió su arbitraria detención y posible deportación, narra al diario español.
Lorena Cano recomieda denunciar los casos para poder actuar, pero entiende que, por lo general, a los pasajeros que buscan rechazar les quitan su celular, y cuando son regresados a sus países lo único que quieren es olvidar la experiencia.