El yerno del rey de España, Iñaki Urdangarin, prestó testimonio ante un juez en Palma de Mallorca en condición de imputado en el conocido como el "caso Palma Arena", una supuesta trama de corrupción. Urdangarin sorprendió las decenas de periodistas, camarógrafos y fotógrafos congregados en la entrada de los juzgados de Palma de Mallorca al entrar a la sede judicial caminando, como lo hubiera tenido que hacer cualquier ciudadano. Por motivos de seguridad, el marido de la hija menor del rey Juan Carlos había sido autorizado a entrar en un auto. Así fue que, a pie, paró para hablar a los medios: "Comparezco hoy para demostrar mi inocencia, mi honor en mi actividad profesional", dijo. De fondo se podían oír los gritos de centenares de personas, antimonárquicos e indignados por la corrupción y la crisis, que coreaban consignas en su contra "Total transparencia" "Durante estos años he ejercido mis responsabilidad y he tomado decisiones de manera correcta y con total transparencia. Mi intención en el día de hoy es aclarar la verdad de los hechos y estoy convencido de que la declaración de hoy contribuirá a demostrarlo", dijo el duque de Palma.  El juez que le toma declaración investiga un supuesto uso irregular de hasta US$8 millones de fondos públicos por parte del Instituto Nóos, organización sin animo de lucro presidida por Urdangarin. La principal de las acusaciones contra Nóos es haber inflado los precios con los que cargaba a las autoridades de las Islas Baleares por organizar eventos deportivos y culturales, y que el dinero acababa en cuentas privadas vinculadas al propio Urdangarín o su socio, Diego Torres. El abogado del duque de Palma reconoció que su cliente pudo haber cometido "errores de administración". Preguntado por el juez, según fuentes citadas por la Agencia Efe, Urdangarin reconoció que el propio rey Juan Carlos le pidió que abandonara sus negocios. Juicio mediático Ni el duque ni Torres han sido formalmente acusados de delito alguno hasta la fecha. Ambos además niegan haber cometido irregularidad alguna. Sin embargo, su caso es una constante en las portadas de los principales medios de España. La periodista Ana Romero lleva escribiendo sobre el caso desde 2007 Para el diario El Mundo. En su opinión, el pueblo español ya ha juzgado y condenado al duque de Palma a través de la enorme cobertura mediática que ha recibido el proceso. "Desafortunadamente, incluso si Iñaki Urdangarin es declarado inocente por el juez, la mayoría de los españoles ya han decidido que usó dinero público para enriquecerse de una forma que no debió haber hecho". Y sea condenado o no, de momento, ya ha pagado un precio: la Corona lo apartó de las actividades oficiales de la Familia Real por su "conducta no ejemplar". La infanta Según informa desde Madrid Tom Burridge, de la BBC, lo que más preocupa a la Casa Real es la posibilidad de que también sea llamada a declarar la infanta Cristina. La esposa de Urdangarin era copropietaria de una de las compaías que están siendo investigadas. Una fuente cercana a la familia real y que ha mantenido reuniones con el propio Urdangarin, el que la hija del rey fuera llamada a testificar en la causa es "territorio inexplorado". El rey Juan Carlos pareció hacer claras referencias al caso durante su mensaje de Navidad. "La justicia es igual para todos", dijo, aunque después desde la Casa Real quiso aclarar que el jefe del Estado no se refería necesariamente al caso de su yerno. A principios de este año, la Casa del Rey publicó por primera vez detalles sobre el destino que le da al presupuesto asignado por el Estado a la Corona. Hasta US$14 millones al año, sensiblemente menos que el resto de monarquías europeas. Crisis Según Burridge, para la población, uno de los factores que ha hecho especialmente doloroso el caso Palma Arena ha sido la profunda crisis económica que atraviesa el país. El desempleo supera el 20% de la población activa. La intensa cobertura de los medios ha afectado también a la relación de la Corona con los medios, según Romero. La Familia Real está siendo sometida a un escrutinio como nunca antes había pasado desde la restauración de la monarquía tras la muerte del general Franco en 1975. "Había sido una relación cómoda. Históricamente habían tenido un tratamiento muy bueno por parte de los medios por el rolo del rey durante la transición a la democracia", comenta la periodista. En ese sentido, el rey cuenta con el crédito de ser considerado por muchos como el responsable del fracaso de una intentona golpista en febrero de 1981.  El ser visto como quien salvó la democracia en el histórico 23-F suele ser citada como una de las razones para su popularidad. Sin embargo, el escándalo que ha salpicado a su yerno podría tener un efecto negativo en la imagen pública de la Corona. Incluso antes de que las numerosas acusaciones contra Urdangarín inundara la prensa, una encuesta situaba la aceptación de la Familia Real en un 4,8 sobre 10, la primera vez que bajaba del cinco.