El incendio iniciado el martes 9 de agosto en el suroeste de Francia ha quemado hasta este jueves unas 6.800 hectáreas en los departamentos de Gironda y las Landas, con efectos también en las conexiones terrestres con España y limitaciones al tránsito de vehículos pesados en el paso de Biriatou.

La Prefectura de Nueva Aquitania y la Gironda ha explicado este jueves a primera hora que 10.000 personas han sido evacuadas como consecuencia de unas llamas que siguen fuera de control. “Las condiciones son especialmente difíciles”, han reconocido las autoridades, debido a las altas temperaturas --de hasta 40 grados durante estos días-- y a la sequía.

Unos 1.100 efectivos participan en las tareas de extinción, a la espera de “refuerzos adicionales”. La primera ministra, Elisabeth Borne, tiene previsto visitar la zona junto al ministro del Interior, Gérald Darmamnin, a lo largo de la jornada.

Más de una decena de viviendas han ardido en la zona de Belin-Béliet, sin que por ahora haya constancia de daños personales. La autopista A63, que llega hasta la frontera española, permanece cortada en ambos sentidos como medida de precaución.

Más de 50.000 hectáreas quemadas

Francia, al igual que otros países de Europa, está viviendo un verano marcado por las altas temperaturas y la falta de agua, lo que ha favorecido la aparición de incendios. Más de una decena permanecen activos y en lo que va de año ya han ardido más de 50.000 hectáreas, según el Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales.

El presidente galo, Emmanuel Macron, ha destacado que en todo el país hay más de 10.000 efectivos trabajando para contener las llamas, “con coraje y determinación”. “Estos soldados del fuego son nuestros héroes”, ha subrayado en su cuenta de Twitter.

El mandatario ha prometido que no “olvidará” a ninguna de las personas damnificadas y ha reconocido una pena “inmensa” por el reciente fallecimiento de dos efectivos en esta ola de incendios.

Unos 1.100 efectivos participan en las tareas de extinción, a la espera de “refuerzos adicionales”. | Foto: AFP or licensors

El verano se hace eterno

Tras un mes de julio con récords de temperatura, Francia se enfrenta a nuevos incendios forestales que movilizan a miles de bomberos y a una sequía preocupante para el sector agrícola.

Ocho importantes focos de incendio se mantenían vivos este jueves en el territorio francés, incluidas zonas prealpinas, al borde del mar en el suroeste, en el centro montañoso. Esto sin contar decenas de pequeños conatos que obligan a actuar rápidamente.

“La población está preocupada, pero mantiene la disciplina. De todas maneras hay un sentimiento de hartazgo, esto es demasiado”, declaró a la AFP el alcalde de la localidad de Moustey, Vincent Ichard, donde tuvieron que ser evacuados 250 de sus 680 habitantes, en el departamento de las Landas.

En total se han quemado más de 40.000 hectáreas este año en Francia, según las autoridades, mientras que las mediciones vía satélite arrojan la cifra de hasta 50.000 hectáreas.

En cualquier caso, las cifras multiplican la media anual de los 15 años precedentes, como en España.

El pronóstico meteorológico es de tiempo despejado en todo el territorio, sin rastro de lluvia hasta el domingo.

Julio fue el mes más seco desde marzo de 1961. Francia lleva en lo que va de verano tres olas de calor.

Aunque no se ha llegado de nuevo a superar los 40 ºC en varias regiones, como sucedió en julio, 18 departamentos están en alerta naranja, es decir, que sus habitantes deben mantenerse “muy vigilantes” ante la situación reinante.

París llegará a los 35 ºC este viernes. Las lluvias empezarán a caer a partir del suroeste el domingo, según las previsiones meteorológicas.

Impacto en las cosechas

Además de la falta de agua y de los incendios, las autoridades y los agricultores se muestran preocupados por el impacto en las cosechas.

El maíz, que conquistó a Francia en la década de 1970, supone un reto especialmente delicado. Es una planta que requiere mucha agua de forma regular, y que es esencial para el ganado.

Francia es el primer exportador europeo de maíz, y dedica alrededor del 10 % de su superficie agrícola utilizable a ese cultivo.

“Para culminar su ciclo de crecimiento y lograr una producción rentable, necesita agua en julio y agosto, los meses donde menos agua hay en Francia”, explica Agnès Ducharne, investigadora de CNRS.

Por su parte, las vendimias se han adelantado varias semanas en regiones como la isla de Córcega o el Rosellón, donde los agricultores ya han empezado a cortar las cepas.

“Nunca en treinta años había empezado mi vendimia el 9 de agosto”, declaró Jérôme Despey, propietario en la región de L’Hérault (sureste).

*Con información de Europa Press y AFP.