Pedro Sánchez continuará en el poder en España, pero al frente de un Gobierno en funciones desde este martes 25 de julio, mientras el país continúa bajo incertidumbre, luego de dos días de unas elecciones legislativas que no le entregaron la mayoría a ningún partido.
“Vengo en declarar el cese de don Pedro Sánchez Pérez-Castejón como presidente del Gobierno, que continuará en funciones hasta la toma de posesión del nuevo presidente del Gobierno”, indicó el jefe del Estado, el rey Felipe VI, en el Boletín Oficial del Estado.
Las elecciones del fin de semana dejaron más dudas que certezas, lo que sumió a la nación europea en la incertidumbre y riesgo de un nuevo bloqueo político que, de no resolverse en los próximos meses con un acuerdo de gobierno entre varios partidos, desembocaría en la repetición de los comicios.
El Partido Popular (PP) del conservador Alberto Núñez Feijóo llegó de primero, obteniendo 136 diputados de los 350 del Congreso, lejos de la mayoría absoluta de 176 escaños necesaria para gobernar, incluso con el apoyo de los 33 diputados de su único aliado potencial, la extrema derecha de Vox.
Ya empezaron las negociaciones
Feijóo reivindicó su derecho a gobernar en minoría y lanzó el lunes negociaciones con varios partidos; sin embargo, estas parecen destinadas al fracaso, toda vez que entran a un gobierno en el que también esté Vox, un partido ultranacionalista que defiende una recentralización del país, es ‘anatema’ para formaciones regionales.
Los nacionalistas vascos del PNV, por ejemplo, ya anunciaron la noche del lunes que no harán parte de negociaciones.
Con menos diputados que el bloque de derecha y extrema derecha, el Partido Socialista (PSOE) de Sánchez (122 diputados) y sus aliados de izquierda radical de Sumar (31), se encuentran en una mejor posición de mantenerse en el poder con el apoyo de partidos regionalistas vascos y catalanes, que ya los han sostenido en el pasado.
Su principal desafío es conseguir al menos una abstención de Junts per Catalunya, el partido del líder independentista catalán Carles Puigdemont, refugiado en Bélgica tras el intento secesionista de 2017, que ya anticipó que no regalará nada.
Sumar anunció a comienzos de semana el encargo a uno de sus antiguos dirigentes en Cataluña de iniciar las negociaciones con Junts, cuyos siete diputados tendrán la llave para que la coalición de izquierda se mantenga en el poder.
Sánchez podría reunir en total 172 diputados, más que el líder conservador, por lo que, si JxCat se abstiene, podría lograr la investidura en segunda votación en el Congreso, donde se requiere solo más sí que no.
Los dos bloques mantienen la vista puesta en el voto en el extranjero, cuyo escrutinio comenzará el viernes y tardará días, y que podría, según la prensa, inclinar un puñado de escaños en provincias donde pocos votos separan a los partidos de derecha e izquierda.
¿Es un fracaso de la derecha europea?
Las elecciones generales del domingo, en las que el derechista Partido Popular (PP) quedó lejos de sus objetivos, suponen un fracaso para la derecha europea, algo infrecuente en los últimos tiempos, según algunos analistas.
A menos de un año para las elecciones europeas de junio, la incapacidad del PP y de su posible socio Vox, un partido de extrema derecha, de obtener una mayoría que les permita gobernar “significa que la ola ultraderechista y ultraconservadora no pasa los Pirineos, que hay un frenazo”, comentó a AFP el politólogo Steven Forti.
“La señal que llega a Europa desde España es que esta ola se puede parar”, añadió. En la práctica se puede entender que el PP haya ganado las elecciones, pero ha sido una “victoria pírrica”, e incluso “una derrota desde el punto de vista político”, según este profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB).
*Con información de AFP.