Toda una sorpresa se llevaron en Brasil, luego de que un niño lograra encontrar oro en medio de una mina que ya había sido desalojada. El hecho se dio en medio de una excursión escolar, justo en el momento menos esperado. Empero, ahora se está debatiendo quién debería quedarse con el valioso metal precioso.
El joven fue identificado como Álvaro Henrique, de 12 años, quien vive en São João del Rei, un municipio brasileño en Minas Gerais, según informó el medio Clarín, agregando que este niño, junto con sus compañeros de clase, se aventuraron en el interior de una mina que había sido abandonada hace un siglo.
Pues bien, según indicó el medio citado, Henrique encontró un pedacito de piedra brillante casi al final del recorrido, y continuando con su curiosidad, el joven le preguntó al guía de la mina si eso era oro, pero ante el cuestionamiento, el guía solo habría reído.
“Estaba mirando las piedras y vi una marca de una mano sucia de arcilla en las piedras y seguí mirando hacia la izquierda y de repente me encontré con un brillo, en ese momento no sabía si era oro y le pregunté al guía Giovanni (...) Pensé que era casi imposible ver una pepita de oro en la vida”, afirmó el niño según recoge el medio citado.
Sin embargo, en medio de la excursión se inició la exploración del brillo encontrado y se dieron cuenta que, efectivamente, se trataba de un pequeño pedazo de oro de 24 quilates. “Cuando le pregunté a Giovanni me dijo que era una pepita de oro y me quedé muy contento y sorprendido de haber encontrado una pepita”, agregó Henrique.
“Después de encontrarla, vi varios videos de gente que la encontraba, pero tenían que romper la piedra, y yo vi la pepita en la piedra, arriba”, contó con alegría el pequeño para Clarín.
Al final, se indicó que la piedrita de oro fue entregada al colegio para que fuera usada para investigación académica.
La búsqueda de Émile
Francia sigue desde el sábado la búsqueda de Émile, un niño de dos años y medio desaparecido en una aldea de los Alpes franceses. Este martes 11 de julio, los equipos de rescate acordonaron la zona para realizar un “barrido” en profundidad.
“¿Qué le pasó a Émile?”, se preguntaba este martes el diario regional Nice-Matin, uno de los rotativos, junto a Le Parisien o La Provence, que llevan en la portada una imagen del pequeño de pelo rubio y de ojos color café.
El niño acababa de llegar a casa de sus abuelos maternos en Haut-Vernet, al sureste del país, para pasar las vacaciones de verano. Dos vecinos lo vieron por última vez a las 5:15 p. m. del sábado, solo, en una callejuela de esta aldea de 125 habitantes.
Durante dos días, rescatistas y voluntarios peinaron en vano la zona, en un perímetro de 5 kilómetros a la redonda, y ahora las autoridades se centran en la propia aldea, a la que se prohibió el acceso a cualquier persona exterior.
“Al cabo de 48 horas, el niño debería haber sido hallado en este perímetro”, explicó el lunes por la tarde el prefecto de la zona, Marc Chappuis. “Continuamos con las labores de búsqueda, no perdemos la esperanza”, agregó.
Desde primera hora del martes, los investigadores comenzaron el “barrido” de la aldea para encontrar el más mínimo rastro o pista que conduzca al niño, indicó el fiscal Rémy Avon. La justicia abrió una investigación por desaparición preocupante.
Un total de 80 gendarmes y una decena de soldados especializados en la montaña participan a partir de este martes en las labores de búsqueda, junto a varios equipos caninos y un helicóptero de apoyo, indicó la gendarmería.
De acuerdo con el diario francés Le Figaro, ya son 800 las personas que en total se han movilizado para encontrar al menor, pero la mayor preocupación radica en el hecho de que no hay pista alguna sobre su paradero.
*Con información de la AFP.