El padre Darío Escobar es uno de los pocos ermitaños que quedan en el planeta. Hace ya 23 años que vive aislado del mundo en ermitas solitarias del Líbano.
Sergui Unuane, a través de su canal en YouTube Los Viajes de Walliver, habló con Escobar para conocer de primera mano su experiencia al aislarse del mundo.
El padre Darío señaló que lleva viviendo en Líbano 33 años “pero en el ermitorio de auca, estuve 22 años”.
“Aquí (Líbano) llevó ya 33 años, aquí ya llevó casi 2 años en este ermitorio, es una casa enorme con cuatro cuartos, con chimenea, con todas las comodidades, esto no es un ermitorio, no es para un ermitaño, pero tuve que venir obligado por que ya a mis años (son 88 y medio), y tú con 19, por que la gente del pueblo me robaba mi turno de agua, entonces tuve que venirme para acá”, señaló el sacerdote
¿Cómo es la vida de un ermitaño o, mejor, de Darío?
El ermitaño tiene catorce horas de oración, tres de trabajo, dos de estudio y cinco para dormir. Come una sola vez al día sin carne.
“Yo duermo de 7:00 p. m. a 12:00 a. m., a las 12:00 a. m. es bellísima oración litúrgica”, señala el sacerdote colombiano.
Escobar explica que la vida del ermitaño trata de estar conectado y sin tantos lujos, pue es una persona entregada a la oración y el trabajo.
“Oración por todas las necesidades, por los enfermos, por todas las calamidades y aquí se tiene mucha devoción al ermitaño porque esto es una tierra de ermitaños, aquí siempre ha habido ermitaño en el Líbano, ahora no hay, pero antes había muchos, porque solamente en el Líbano hay ermitaños”, aseguró.
¿Hay reglas para ser ermitaños?
No todo es color de rosa, ni fácil como parece, existen una serie de requisitos mínimos para ser ermitaño, o por lo menos, así lo explicó Escobar.
“Más de 40 años, tener una salud a prueba de cañón, ser un monje ejemplar, el ermitaño debe estar 10 años en un monasterio después de los votos solemnes”, afirmó.
Visitas de feligreses que buscan milagros
A modo de risa, el padre Darío cuenta desde su experiencia cómo la gente lo busca para saber “el futuro”.
”En Líbano están convencidos de que el ermitaño sabe el futuro y vienen a preguntarme por el futuro y por las cosas, y aquí viene de vez en cuando gente y toca la puerta, un día vino una señora y me pregunto: padre, ¿yo estoy embarazada o no?”, señaló Darío en medio de risas.
¿El padre Darío ve el futuro?
“El don de discernimiento de espíritu Dios lo da de ves en cuando a alguien, pero uno no sabe si lo tiene y, tal vez, un día dije una cosa por charlar, por molestar, y resulto cierta, una señora rego el cuento de que yo tenía el don de bilocación y yo me presente a su casa y que le dije ‘no tengas cuidado, pídele un hijo a San Chárbel, un hijo y te lo va a dar’, si hay bilocación, uno se da cuenta, pero me sacan cuentos y historias raras que uno no hace”, indicó el ermitaño colombiano.
Sin embargo, asegura que ha vivido situaciones que no sabe como explicar.
“Lo que le pasa a casi todos los ermitaños, ataques diabólicos, cosas raras, yo soy muy reacio a los milagros y las cosas sobrenaturales, pero han pasado, me he librado de la muerte milagrosamente; por ejemplo, yo caí sin explicación a abajo, es decir, cuando uno baja al dormitorio hay un abismo profundo, yo caí y me detuve antes de bajar al abismo milagrosamente, yo sentí una cosa blanda y ahí todo es piedra, el trabajador que venía conmigo dijo ‘el diablo no quiere que usted sea ermitaño’, y regó el cuento de que el diablo me había empujado”, dice Darío.
Soledad
Mientras que para algunos la soledad puede ser un castigo, o no la saben soportar o manejar, Escobar explicó que es ‘’muy bella” si sabe compaginarse con la vida que llevan los ermitaños y enfatizó que vivir así no es ser perezoso, siempre está activo y ocupado.
“El ermitaño nunca esta ocioso, siempre hay algo que hacer, son catorce horas de oración y se van en un momento, uno ni se da cuenta del tiempo, cuando no hay oración es un tiempo de trabajo o viene algún visitante a pedir un consejo o alguna cosa, aquí no hay espacio libre para nada”, señaló Darío.