Consternación ha generado en el Estado de la Florida, Estados Unidos, el caso de la extraña muerte de un menor de 18 meses (año y medio), ocurrido en la localidad de Cape Coral, La Florida, luego de que las autoridades judiciales determinaran que la responsabilidad del hecho recaía en las manos de la madre del niño, quien sería la encargada del cuadro de desnutrición que padecía el infante, al haberle sometido a una estricta dieta vegana, privándolo de algunos de los alimentos vitales para su desarrollo en los primeros años de vida.

De acuerdo con la investigación, retomada por diversos medios internacionales, la mujer, de 35 años, identificada como Sheila O´Leary, quien además es madre de otros tres niños y quien se encuentra en poder de las autoridades, había sometido al menor de solo año y medio, a una alimentación basada únicamente en frutas y verduras crudas, lo que derivó en un cuadro sensible de desnutrición que finalmente lo había conducido al deceso.

En los datos revelados por medios internacionales, se precisa que, al momento de la muerte del menor, este pesaba únicamente siete kilos, lo que develó un caso de malnutrición infantil que llevó a que la mujer y su pareja fueran detenidos tras conocerse la historia de la muerte del niño, siendo imputados con los cargos de “asesinato en primer grado, abuso infantil agravado de un menor, negligencia infantil y abuso infantil”, según recogen diarios locales.

Según los medios locales, si bien esta historia salió a la luz en pleno 2022, dada la gravedad de los hechos que rodean la muerte del niño, identificado como Ezra, y luego de que las autoridades determinasen la culpabilidad de la pareja de detenidos, el caso habría tenido lugar en el año 2019, prendiendo las alarmas además porque los padres detenidos son los responsables del cuidado de otros tres menores, a quienes, según sus declaraciones, también les habían sometido a la estricta dieta vegana.

En el caso de Ezra, la madre había afirmado, según consta en los reportes policiales citados por los medios internacionales, que el menor era alimentado con frutas y verduras crudas, entre los que se destacan los mangos, plátanos y aguacates, pero explicando que el menor también era alimentado con leche materna; no obstante, el niño falleció sufriendo un evidente caso de desnutrición.

Sobre los hermanos de la víctima, en el caso que quedó en evidencia tras la muerte de Ezra, también se precisó, de parte de los entes encargados de la investigación, que otro de los menores hijos de los detenidos fue diagnosticado con problemas para el desarrollo cognitivo, al haber desarrollado un escenario de retraso o discapacidad mental por haber sido sometido a la misma dieta que la del menor muerto.

Desde la Fiscalía, el jefe de la Unidad de víctimas especiales de la Oficina de la entidad, Francine Donnorummo, precisó que en este otro caso “el niño no comía. Lo mataron de hambre durante 18 meses”, advirtiendo que la muerte de Ezra derivó de una acción pensada y planificada, afirmando que la madre del niño era consciente del terrible desenlace que finalmente ocurrió.

Mientras que la Fiscalía advierte que el material probatorio recaudado da cuenta de la situación real del menor al momento de la muerte, la contraparte, en este caso la defensa, señaló que la no consulta a los especialistas por la salud del niño fallecido se derivó de un temor de los padres frente a la posibilidad de que, al evidenciarse el mal estado de salud, el médico decidiera interponerse para abogar porque el niño fuere desprendido o separado de su madre.

“Ella no tuvo intención de dañar a Ezra”, afirmó la defensa, a tiempo que abogó porque la condena que recibirá la mujer no sea muy extensa.

En ese sentido, también se conoció que la mujer detenida, O’Leary, se había negado a acceder a un preacuerdo con la Fiscalía, en el que le ofrecían una pena de 30 años de cárcel, y ahora, al desatenderla, si el jurado la encontrara culpable, la mujer estaría detenida de por vida, en tanto el delito entregaría una cadena perpetua.