Indignación ha despertado esta semana en Estados Unidos el caso de una operación policial desarrollada en la ciudad de Kansas, donde, en medio de la atención a un caso de hurto de un vehículo, efectivos de las autoridades locales, al parecer, protagonizaron un abuso al disparar y herir a una mujer afroamericana en estado de gestación.
Según precisan medios de ese país, los hechos ocurrieron el pasado fin de semana, en inmediaciones del barrio Independence Plaza, hasta donde acudieron los agentes policiales, quienes, en medio de un intento de arresto, dispararon en cinco ocasiones contra una mujer de 26 años, identificada como Leonna Hale, quien, tras la solicitud de los policías, había descendido de un automóvil con las manos en alto, manifestando estar desarmada y advirtiendo sobre su estado de embarazo.
La polémica se ha nutrido también por la publicación de un video en el que se evidencia la acción policial, y en el que se puede ver cómo algunas personas que estaban presenciando el caso de intento de arresto gritaban aterrorizadas al escuchar los disparos.
Tras ser impactada, la mujer también fue esposada con las manos atrás.
En declaraciones de testigos, citadas por medios locales como el diario Kansas City Defender, testigos presenciales de los hechos han descrito cómo los agentes policiales llegaron hasta el vehículo donde se encontraba la mujer -en compañía de un hombre-. En ese momento, les comenzaron a exigir que descendieran del vehículo, acción que fue acatada por la mujer que se bajó con las manos en alto, mientras que su acompañante decidió escapar de la escena tras saltar una valla.
Según el mismo testimonio, luego del descenso de la mujer, los oficiales le exigieron botarse al piso, pero ella se habría negado advirtiendo que se encontraba embarazada. El testigo también describe que la mujer afirmó estar desarmada, e incluso indicó que dentro del vehículo se encontraba un arma.
“Ni siquiera tenía un palo en la mano”, afirmaron los testigos citados por el referido medio local, quienes también apuntaron que luego de que la mujer intentó alejarse del carro, fue rodeada por uniformados que desenfundaron sus armas y la rodearon, para, posteriormente, y ante un aparente intento de huida, dispararle en cinco ocasiones, hiriéndola. No obstante, pruebas publicadas posteriormente por la Policía habrían evidenciado que, al parecer, sí portaba un arma.
Tras ser impactada, la mujer se desplomó al suelo, donde fue esposada por los agentes, quienes se habrían negado a dar explicaciones a algunos testigos que se acercaron, y que les recriminaron por disparar en contra de una mujer en estado de embarazo, según lo que la mujer había afirmado.
Según el Kansas City Defender, el relato de los testigos oculares no concuerda con el que a su turno entregó el departamento de Policía del lugar a través de un vocero, el sargento Campana, y refiere algunas de las apreciaciones de la comunidad, que en redes sociales ha cuestionado cómo días atrás la policía logró detener ‘de manera segura’ a un hombre blanco, responsable de la matanza en un supermercado de Buffalo, pero no lo consigue en el caso de una mujer afroamericana, en estado de embarazo, a quien tuvieron que herir para arrestarla.
Un video captado por testigos presenciales del cuestionado arresto, y que circula en las redes, muestra a la mujer tendida en el piso, mientras que los uniformados la esposan.
Tras el arresto, las autoridades policiales entregaron un parte de tranquilidad, advirtiendo que la escena había sido segura, y manifestando que serían 100 % transparentes sobre el operativo.
Aunque se conoció que tras la captura la mujer fue llevada a un hospital para recibir atención médica y fue estabilizada, también trascendió que debido a las quejas de la comunidad, el operativo policial fue puesto bajo la lupa de los entes reguladores, precisando que el caso será estudiado por la Patrulla de Caminos del Estado de Missouri.
La prueba con la que la Policía justifica su acción
En medio de la investigación, el pasado 1 de junio, la Policía de Kansas también presentó argumentos en su defensa, y proporcionó una imagen, captada por la cámara corporal de uno de sus agentes, en las que se puede apreciar que la mujer sí portaba un arma.
Pese a que la imagen presentada por la Policía podría cambiar el curso de la investigación, según medios locales, esta se mantiene abierta, y la comunidad afro señala que el comportamiento policial denunciado sería una constante.