La muerte de un padre y su hijo por supuesta tortura a manos de la policía ha provocado indignación en la India. Todo comenzó cuando J. Jayaraj, un comerciante de 58 años del pueblo de Sathankulam, fue detenido por mantener abierta su tienda más allá del horario permitido en el estado de Tamil Nadu (sur del país) por el coronavirus. Su hijo Fénix, que dirige una tienda móvil, fue a la estación para pedirle a la policía que lo liberara, pero en ese momento fue arrestado.
Los informes sugieren que horas más tarde la policía habría maltratado a Jayaraj, lo que provocó que su hijo interviniera. Según The Free Press Journal, ambos fueron golpeados brutalmente por dos subinspectores, e incluso uno de ellos tendría hemorragias en su recto. Una persona que afirmó haber sido testigo del hecho, dijo que Fénix había sido abusado sexualmente.
Según los registros, ambos murieron el 22 y 23 de junio con diez horas de diferencia, por lo que su familia sospechó que no podía ser coincidencia. El hijo fue trasladado al hospital el lunes por la noche después de un sangrado, mientras que el padre fue trasladado de urgencia al hospital diez horas después cuando desarrolló un problema respiratorio. Días posteriores la familia indicó en una denuncia que Jayaraj y Fénix fueron objeto de abuso. Las muertes, ocurridas en esta pequeña ciudad de la India, provocaron protestas durante la semana y los dueños de tiendas de todo Tamil Nadu cerraron sus negocios y se pusieron en cuclillas frente a la estatua de Sathankulam Kamarajar. Exigen un castigo severo contra 13 miembros del personal policial, pero hasta el momento solo dos policías involucrados han sido suspendidos.
El hecho ha indignado a todo el país al punto que el numeral #JusticeForJayarajAndFenix hoy es una de las principales tendencias en Twitter de India con más y más personas que exigen que los responsables de su muerte sean castigados severamente.
Varios informes de asociaciones de defensa de los derechos humanos en India han detallado casos de presunta tortura de sospechosos en detención, cuyas muertes la policía adjudica a menudo a suicidio o causas naturales. Según la Comisión Nacional de Derechos Humanos india, 3.146 personas murieron en custodia policial o judicial en 2017-18. "La violencia privativa de la libertad y la tortura son tan rampantes en la India que se han vuelto casi rutinarias", dijo en un informe. "Representa la peor forma de excesos por parte de los servidores públicos encargados del cumplimiento de la ley". Las convicciones en tales casos son extremadamente raras, según los activistas.
El caso ha vuelto a poner a la luz la brutalidad policial en India apenas una semanas después de la muerte de George Floyd, un afroestadounidense, a manos de un policía, en un hecho que despertó protestas en Estados Unidos y el resto del mundo.