Rechazo y sed de justicia ha despertado en Paraguay un caso de feminicidio presentado durante el pasado fin de semana, cuya víctima es una menor de tan solo 13 años de edad, quien fue ultimada a tiros en medio de situaciones que aún son materia de investigación por parte de las autoridades locales.

De acuerdo con medios locales de Paraguay, los hechos puntuales se presentaron la madrugada del pasado domingo, en inmediaciones de la comunidad indígena Tres ríos Tajy Poty, en la localidad de Corpus Christi, en el departamento de Canindeyú, donde miembros de la comunidad hallaron el cuerpo sin vida de la menor, escondido en una zona boscosa, luego de que el responsable, un hombre de 26 años, acudiera a un negocio de venta de licor, y allí admitiera haber sido autor de un ‘hecho muy malo’.

El hombre había llegado hasta el lugar, al parecer en condición de alicoramiento, y en busca de más bebidas, razón por la que no se habría encontrado en su plena conciencia al momento de confesar ser el autor del crimen.

En consecuencia, y al evidenciar la confesión del hombre, identificado como Cefariano Vásquez Gadea, los mismos pobladores del sector fueron quienes decidieron tomar justicia por mano propia, deteniéndolo y conduciéndolo ante una estación cercana de Policía, donde revelaron lo ocurrido, poniéndolo en poder de las autoridades y obligándolo a confesar.

De acuerdo con los encargados de la estación de Policía, citados por el medio local ABC de Paraguay, el hombre repitió allí su confesión, afirmando que él era el responsable de haber disparado a su pareja de 13 años, y conduciendo a los agentes policiales y a más miembros de la comunidad hasta una zona boscosa, donde se puedo evidenciar el cadáver de la persona referida por el homicida.

Según recogen medios locales, en el sitio, fue hallada una niña con rastros de disparos en la frente, los cuales habría recibido mientras se encontraba sentada sobre un tronco.

Tras el hallazgo del cuerpo, las autoridades certificaron que la mujer ya se encontraba sin vida, identificando a su vez un arma calibre 44 con el que se habría perpetrado el crimen.

Al avanzar en la correspondiente investigación, y entrevistar a los familiares de la víctima, más precisamente la madre y el padrastro de la niña, estos confirmaron que ella sostenía una presunta relación amorosa con el sindicado del caso de feminicidio, la cual se habría extendido por al menos los últimos 4 meses.

En virtud de la confesión anterior de los padres de la víctima, el hombre, confeso asesino, también fue señalado de otra clase de delitos, referentes a su supuesta relación amorosa, advirtiendo que, a la luz de la legislación de Paraguay, las relaciones, así fueren consentidas, entre mayores de 18 años y niños de menos de 14 años, son consideradas abuso infantil, con el agravante de convertirse eventualmente en abuso sexual infantil, si se llegase a comprobar que existieron relaciones sexuales en medio de sus encuentros.

En virtud de lo anterior, las autoridades pudieron determinar que, además del crimen de feminicidio, por el que fue judicializado el hombre, este también deberá responder por el delito de abuso sexual y trata de personas, actividad desarrollada por el tiempo que admitió habían sostenido una relación amorosa con la ahora occisa.

Pese a que el individuo confesó su responsabilidad en el asesinato y entregó su testimonio a las autoridades, no ha trascendido a los medios de comunicación locales las presuntas motivaciones advertidas por el hombre para la realización de su crimen.

El hombre permanece preso, mientras que los miembros de la comunidad exigen que el caso de feminicidio sea esclarecido y se le otorgue al responsable una fuerte pena de castigo.