Los bandos enfrentados en Sudán han cometido numerosos crímenes de guerra en el conflicto en marcha, incluyendo el asesinato deliberado de civiles y agresiones sexuales, dijo un destacado grupo de defensa de los derechos humanos el jueves.
El país del este de África se sumió en el caos a mediados de abril, cuando las tensiones entre el ejército y un poderoso grupo paramilitar, las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), que habían comenzado meses atrás, se convirtieron en una batalla abierta en la capital, Jartum, y otras zonas del país.
En un reporte de 56 páginas, Amnistía Internacional dijo que civiles fallecieron y resultaron heridos en ataques selectivos. Además, denunció violaciones de mujeres, algunas de ellas retenidas en condiciones “equivalentes a la esclavitud sexual”, principalmente en la capital y en la región occidental de Darfur.
“La violencia sexual ha sido un elemento definitorio de este conflicto desde el inicio”, dijo Donatella Rovera, coautora del informe, a The Associated Press. “Los civiles no tienen realmente buenas alternativas. Les resulta difícil marcharse y es increíblemente peligroso quedarse”.
Casi todos los casos de violaciones se han atribuido a las FAR y a las milicias árabes aliadas. Según el informe, las FAR secuestraron a 24 mujeres y niñas, algunas de apenas 12 años, y las retuvieron “durante días en los que fueron violadas por varios miembros” del grupo.
Rovera indicó que se producían crímenes de guerra como las agresiones sexuales “en lo que parece ser una gran escala”.
Las FAR, que surgieron de las tristemente célebres milicias Janjaweed, fueron acusadas también de la mayoría de los ataques selectivos, de acuerdo con Amnistía. Algunos crímenes se atribuyen también a miembros del ejército, añadió el informe.
En respuesta al reporte, el ejército dijo que creó una unidad para intentar reducir los daños a la población civil, mientras que las FAR negaron las acusaciones de violencia sexual, además de rechazar la responsabilidad por la violencia en Darfur Occidental.
El conflicto ha convertido Jartum y otras zonas urbanas en campos de batalla. En Darfur — que fue el escenario de una guerra genocida a principios de la década de 2000 — se registraron algunos de los peores episodios de violencia y los últimos choques se han convertido en enfrentamientos étnicos.
Cuatro millones de personas desplazadas
Los combates han obligado a unos cuatro millones de personas a huir de sus hogares, bien a zonas más seguras dentro de Sudán o a países vecinos, según la agencia migratoria de Naciones Unidas.
La violencia en Darfur se atribuyó principalmente a las FAR y a sus aliados que, según Amnistía, atacaron a la comunidad africana masalit de la región. El reporte indicó también que hombres armados masalit habrían agredido presuntamente a árabes sospechosos de respaldar a las milicias.
Amnistía detalló olas de violencia en Darfur Occidental — una de las cinco provincias que conforman la región de Darfur — que incluyeron asesinatos de civiles, saqueos y destrucción de viviendas e instalaciones como el principal hospital y mercados.
El reporte de Amnistía Internacional fue el último que documentó las atrocidades en el conflicto sudanés.
El mes pasado, Human Rights Watch pidió a la Corte Penal Internacional que investigara la situación en Darfur, incluyendo las “ejecuciones sumarias” de alrededor de tres docenas de miembros de tribus no árabes en una localidad de la región.
La Oficina de Derechos Humanos de la ONU indicó que se encontró una fosa común a las afueras de la localidad de Geneina con al menos 87 cuerpos, citando información creíble. Y el fiscal de la CPI, Karim Khan, dijo al Consejo de Seguridad de la ONU en julio que estaba investigando presuntos nuevos crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad en Darfur.
“Hay denuncias de que podría tratarse de una limpieza étnica”, apuntó Rovera. “La situación es muy complicada, muy peligrosa, porque podría agravarse”.
*Con información de AP