A tres semanas de que la joven Mahsa Amini muriera mientras permanecía bajo custodia policial, la Organización Médico Legal iraní divulgó un reporte en el que señala que su deceso fue “por una enfermedad” y no por “golpes”.

Durante las últimas semanas, varias ciudades han sido escenario de multitudinarias protestas contra el gobierno islámico.

Amini había sido detenida el 13 de septiembre por la Policía de la moral, acusada de no llevar apropiadamente su hiyab y algunos activistas sostuvieron que había sido golpeada en la cabeza durante la detención. Las autoridades insisten en que no hubo ningún tipo de agresión.

“La muerte de Mahsa Amini no fue causada por golpes en la cabeza y órganos vitales”, sino que está vinculado con “una intervención quirúrgica de un tumor cerebral a la edad de ocho años”, se lee en el informé médico. El padre de la joven había comentado que su hija no presentaba comorbilidades previas y que estaba “en perfecta salud”.

El informe, presentado por la televisión estatal, afirma que “el 13 de septiembre (Mahsa Amini) perdió repentinamente el conocimiento y se desplomó. Sufrió un trastorno del ritmo cardíaco y una caída de la tensión arterial”.

“A pesar de su traslado al hospital y de los esfuerzos del personal médico, falleció el 16 de septiembre a causa de una insuficiencia de órganos múltiples causada por una hipoxia cerebral”, agrega.

El deceso de la joven iraní convocó a manifestaciones que han sido consideradas como las de mayor magnitud desde 2019. El último balance de la ONG Iran Human Rights contabiliza 93 muertes desde el comienzo de las movilizaciones, cifra que contrasta con un reporte oficial (60 decesos, entre ellos 12 integrantes de las fuerzas de seguridad).

Se intensifican las sanciones

El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, les impidió el ingreso al país a 10.000 funcionarios de la República Islámica. La sanción afecta también a la Guardia Revolucionaría iraní, sobre la que espera tenga una repercusión en más del 50 % de sus integrantes.

“Estamos utilizando las herramientas más poderosas a nuestra disposición para tomar medidas enérgicas contra este régimen brutal”, señaló en su cuenta de Twitter el mandatario norteamericano, para quien se trata de una “medida que solo se ha utilizado en las circunstancias más graves contra regímenes que cometen crímenes de guerra o genocidio, como en Bosnia y Ruanda”.

En las manifestaciones que, por ejemplo, se han tomado las calles de Teherán (la capital) han participado hasta estudiantes de secundaria, algunas de las cuales se han quitado su hiyab, mientras lanzan consignas contra la administración de Ebrahim Raisi.

La Casa Blanca, por su lado, ya había anunciado a finales del mes pasado un paquete de sanciones contra la policía de la moral, así como otros responsables de la seguridad.

¿Cuál ha sido la posición de Irán?

Por su parte, la República Islámica responsabiliza a países como Estados Unidos de agudizar las tensiones. Además, señala a Occidente de tener “doble rasero” para hacer cuestionamientos sobre derechos humanos. El líder supremo iraní, Alí Jamenei, reiteró abiertamente las acusaciones.

“Digo claramente que estos disturbios e inseguridades fueron diseñados por Estados Unidos y el régimen sionista usurpador y falso. Se han sentado y planeado esto, han planeado esto. Y aquellos que toman sus salarios, algunos iraníes traidores en el extranjero, han ayudado”, puntualizó Jamenei.

Respecto a la muerte de Amini, el gobierno de Raisi se ha mantenido en que no tiene ningún grado de responsabilidad. “Este incidente sucedió, murió una niña. Bueno, fue un incidente amargo. También estábamos molestos”.

**Con información de AFP y Europa Press**