No contentos con ayudar a Donald Trump a ganar la presidencia en 2016, ahora los rusos lo estarían ayudando para lograr su reelección. La oficina de Inteligencia de Estados Unidos, alertó sobre la injerencia rusa en las elecciones presidenciales de noviembre. Lo hicieron en una sesión de la Cámara de Representantes, de mayoría demócrata, que se llevó a cabo el 13 de febrero sin la presencia del mandatario.  A solo un par de semanas de ser absuelto en el impeachment, el presidente vuelve a ser el centro de atención. Esta noticia pareciera ser la continuación de los cargos por los cuales se le acusó en el juicio político: obstrucción al Congreso y abuso de poder, por presionar a Ucrania para que investigara a su principal opositor, Joe Biden. Ahora la injerencia rusa, sin importar sus antecedentes de 2016, vuelve a ser noticia.

El reporte se conoció en plena carrera electoral de los demócratas en la que seis candidatos buscan derrotar al actual presidente. Es por eso que Donald Trump tomó el informe como una estrategia de sus opositores para debilitarlo e impedir que se prolongue en el poder. Además, agregó que era una farsa. Como suele hacer, el magnate trinó un mensaje en el que rechaza rotundamente las acusaciones del reporte de inteligencia: "Los demócratas en el Congreso están lanzando otra campaña de información errónea diciendo que Rusia me prefiere a mí más que a cualquiera de los candidatos demócratas que no hacen nada. Quienes aún no han podido, después de dos semanas, contar sus votos en Iowa. ¡Broma número 7!"

Su preocupación no es para menos. El país quedó alerta luego de las elecciones de hace cuatro años, en las que Cambridge Analytica compartió datos con la inteligencia rusa y hackeó cuentas personales de Hillary Clinton para debilitarla y ayudar al magnate a llegar a la Casa Blanca.  Este reporte alertó y por supuesto molestó a Trump, quien tomó inmediatamente cartas en el asunto. El mandatario decidió prescindir de su jefe de seguridad, Joseph Maguire y a cambio nombró a Richard Grenell, embajador en Alemania.  Funcionarios del mandatario afirmaron que el cambio fue coincidencia, mientras otros creen que se trata de una estrategia para tener a Inteligencia de su lado. Además, el mandatario lo nombró inicialmente como "director interino", lo que le da un plazo de 210 días para estar en el cargo sin tener que ser aprobado por el Senado.  Grenell es muy cercano a Donald Trump y comparte sus políticas, por lo que muchos son escépticos frente a su nombramiento. Además, el embajador no tiene experiencia en temas de inteligencia y tendrá que vigilar a 17 agencias, incluida la CIA, algo que preocupa a los opositores de Trump, sobre todo a los demócratas que tienen como propósito detener al magnate en su camino a la reelección. Este reporte, además de mencionar que Rusia estaría detrás de las elecciones generales, apunta que también tendría planes de irrumpir en las demócratas, que están actualmente en curso y tienen como objetivo elegir al rival de Trump. 

Ante la noticia, Adam Schiff, uno de los principales opositores de Trump, quien además estuvo en la presentación del reporte, afirmó que el presidente quería obstruir los procesos que están en curso para impedir la injerencia en el país.  Los republicanos, por su parte, defendieron al mandatario y afirmaron que "no tiene sentido" pensar que Rusia quiera ayudar a Trump en su reelección pues este “ha sido muy duro con Moscú y se ha aliado con los países europeos en su contra”. Sin embargo, las acusaciones contra Rusia parecen ser realidad. De hecho, el reporte de la oficina de inteligencia expuso que nuevamente estarían interfiriendo a través de redes sociales, con la estrategia de fake news. Su principal objetivo es crear noticias falsas, controvertir la opinión pública y dividir a los votantes. Pero tendrían un factor diferenciador esta vez y es que están usando computadores dentro de Estados Unidos, en lugar de hacerlo desde Rusia, para pasar desapercibidos.  Tanto demócratas como republicanos pidieron a Inteligencia publicar el informe completo para conocer de primera mano las conclusiones que afirman la injerencia rusa en las elecciones de este año. Pero por el momento no lo han hecho.  Así las cosas, el presidente Trump tiene otro escándalo para sumar a su lista. Hace pocos días estaba en el ojo del huracán por presionar al poder judicial para lograr una reducción en la pena de su amigo Roger Stone, quien finalmente fue condenado a poco más de tres años, cuando inicialmente se pensaba que pasaría entre siete y nueve en la cárcel.

Además, acaba de salir de su convulsionado juicio político en el que por lo demás, salió victorioso. Y para rematar, el escándalo publicado por el diario, The Washington Post, que acusa al mandatario de cobrarle la estadía en sus hoteles al Servicio Secreto, cuando viajan con el presidente para cuidarlo.  De hecho la lista sigue y se podría decir que empezó desde el primer día de su mandato. Sin embargo, lo que preocupa es que Trump parece ser inmune y en lugar de debilitarse, se fortalece con cada escándalo. Por lo pronto basta esperar que se publique el informe y esperar si el nuevo director de inteligencia nombrado por Trump sea transparente con la investigación a la injerencia.