Sometidas a los imponderables de la actualidad, las relaciones diplomáticas entre Libia y la Gran Bretaña habrían debido ser "salvaguardadas" dijo el 24 de abril el canciller libio, Alí Triki, cuarenta y ocho horas después de que el gobierno de Margaret Thatcher anunciara su decisión de romper las relaciones con el régimen del coronel Kaddafi. Oficialmente, Londres explicó su gesto por la imposibilidad de llegar a un acuerdo con Libia tras el tiroteo que se produjo el 17 de abril ante la embajada de ese país y que causó la muerte de una mujer policía y heridas a otras diez personas.Convencido de que los disparos fueron hechos desde una ventana de la embajada, el gobierno británico reclamó poder interrogar a los "estudiantes" y diplomáticos encerrados en esa casa del siglo XVIII e inspeccionar, en compañía de los libios, los locales para convencerse de que, como lo afirma el gobierno de Trípoli, allí no se encuentra el arma con la que fue asesinada la policía Ivonne Fletcher. Las autoridades de Londres calificaron, igualmente, de "inadecuada" e "insuficiente" la propuesta de Kaddafi de enviar una comisión investigadora y rechazaron sus tres exigencias: levantar el estado de sitio al cual fue sometida la embajada desde el incidente, liberar a los libios detenidos y prohibir todas las manifestaciones hostiles a su régimen.Prudente, a causa de las represalias que podrían ser ejercidas contra los 8.500 británicos que trabajan en Libia, el gobierno de la Thatcher tuvo, sin embargo, que tener en cuenta la presión de toda la prensa escandalizada por los métodos "bárbaros" de Kaddafi y por sus declaraciones a una cadena de la televisión norteamericana. En ellas, el líder libio imputó a la policía inglesa la responsabilidad del tiroteo y de la muerte de la policía y acusó al gobierno de Londres de haber urdido ese incidente con los Estados Unidos.Otros tres factores parecen haber incidido en la decisión anunciada por elforeign office: el asesinato de ocho opositores a Kaddafi en estos últimos años, la revelación hecha por la prensa norteamericana según la cual un satelite espía habría captado un mensaje del gobierno libio a su embajada ordenándole no permanecer "pasivos" ante los manifestantes y, en fin, el testimonio de John Connor director de la agencia anglo-americana de TV Upitn. Según este último, la víspera del tiroteo la agencia libia de difusión le pidió enviar varios equipos de televisión ante la embajada libia y media hora después del incidente, la misma agencia le solicitó enviar las películas por satélite.¿Se trata de un incidente orquestado por Kaddafi para disuadir a sus opositores que, el 17 de abril, manifestaban contra la muerte de varios estudiantes que según varias versiones, fueron ahorcados públicamente en la Universidad de Trípoli? Las autoridades libias en todo caso no sólo desmintieron haber ordenado disiparar sobre los manifestantes sino que expresaron su "sorpresa" y su "indignación" ante el cese de relaciones decretado por Londres. Caminata Verde, órgano de los "Comités Revolucionarios Libios", tradujo esa indignación al anunciar, en su editorial del 23 de abril, que los "Comités Populares" asestarían "golpes dolorosos" a Gran Bretaña. Concretamente, el periódico anuncia que Libia abrirá en cada ciudad una oficina para el IRA y apoyará a los combatientes irlandeses en su lucha contra el colonialismo inglés. El periódico reclama, por otra parte, la extradición de los "criminales" (opositores a Kaddafi) que han encontrado refugio en Gran Bretaña. De lo contrario, previene, varias, "medidas revolucionarias" serán tomadas.-