El caso de Mzee Musa Hasahya traspasó las fronteras de Uganda (en el oriente de África) y cobró relevancia por una inusual solicitud. A sus 67 años pide ayuda para poder mantener a una familia compuesta por 12 esposas, 102 hijos y más de 500 nietos. Según medios internacionales, el hombre asegura que no pasa por el mejor momento económico y que la producción de comida ha disminuido.
Hasahya se siente orgulloso por encabezar una familia numerosa y no concibe la idea de que otros hombres prefieran compartir su vida solo con una persona: “¿Cómo puede un hombre estar satisfecho con una mujer? Eso es señal de haber nacido hombre pero con hormonas femeninas”, dijo en entrevista con Monitor, un diario ugandés que visitó la zona en la que él reside.
Su vivienda en el distrito de Butaleja, consta de 12 alcobas y el día a día transcurre entre las tareas del hogar y la granja. Algunos de los niños (si tiene más de 10 años) colaboran en ciertas actividades de limpieza. En cuanto a la cantidad de parejas que tiene este hombre, todas comparten las mismas funciones y conviven en el un solo lugar.
“Todas mis esposas cocinan de la misma manera y viven juntas en la misma casa. Es fácil para mí monitorearlas y también evitar que se fuguen con otros hombres en este pueblo”, sostuvo quien durante 20 años ha llevado el liderazgo de una aldea.
Una de ellas asegura que el número de integrantes en la familia no es un problema a la hora de compartir, y que él es un buen compañero (que no hace ningún tipo de distinción).
Una boda a los 16 años
El ugandés nació en 1955 y 16 años más tarde contrajo matrimonio, al decidir no continuar estudiando. Con el paso del tiempo la tendencia en el número de parejas se convirtió en un patrón que empezó a crecer poco a poco. “Me casé con mi segunda esposa y pagué tres vacas, cuatro cabras y una multa de 15.000 chelines (unos 20.000 pesos colombianos hoy en día). Más tarde me casé con una tercera y pagué la dote de tres vacas, cuatro cabras y 15.000 chelines”.
Hasahya admite que la cantidad de integrantes en su hogar le dificulta que pueda aprenderse los nombres de cada uno; sin embargo, niega que no logre identificar a sus hijos y nietos.
Una de las esposas más jóvenes, quien apenas se acerca a los 30 años, manifiesta que el egoísmo o tensión no tienen presencia en la casa y que entre mujeres se llevan como si fueran hermanas. “La armonía en nuestro matrimonio proviene de nuestro esposo a quien también tratamos como padre. Ninguno de nosotros lo engaña; tiene 67 años pero tiene la energía de alguien de 25″, recogió Monitor.
Si 12 parejas puede parecer una cifra “insólita”, no lo es para el ugandés, quien contó a ese medio que su abuelo se había casado en 30 oportunidades; no obstante, lamenta que haya sido una tradición que no continuó su padre.
“Mi difunto padre, Mwamadi Mudumba, tenía dos esposas pero solo tuvo dos hijos. Esto arriesgó la extinción de nuestra familia y clan”, dijo este hombre, a la par de comentar que cuando se presenta alguna discrepancia logra solucionarla sin recurrir a ningún tipo de violencia. “Cuando una de ellas se enoja, no peleo con ella, solo la consuelo. Los amo a todos por igual y tengo tiempo para cada uno de ellos”.