Un sospechoso de asesinar a un hombre en Taiwán viajó a China el pasado lunes para escapar de las autoridades. Sin embargo, debido a las estrictas restricciones en ese país, que obligan a que los viajeros al ingresar cumplan una cuarentena en un hotel, podría ser capturado apenas finalice su aislamiento.
Según la cadena CNN, el hombre se encuentra en un hotel de la ciudad costera de Xiamen, mientras tanto la Policía de Taiwán busca la cooperación de las autoridades chinas para que el hombre sea detenido y luego extraditado.
“Los agentes taiwaneses han buscado ayuda de sus homólogos chinos para devolver al presunto hombre armado a la isla,” señaló la Oficina de Investigación Criminal de Taiwán (CIB) a la cadena de televisión estadounidense.
China obliga los extranjeros a los que se les permite el ingreso al país, y a sus ciudadanos que viajan al exterior, a realizar una cuarentena de 14 días apenas arriben a su territorio.
De acuerdo con CNN, el sospechoso que se apellida Huang asesinó a un hombre de 45 años en la ciudad de Taipei. La víctima recibió dos impactos de bala en el cuello. Posteriormente, Huang huyó del lugar en automóvil, que posteriormente abandonó en un centro comercial, y se dirigió al aeropuerto en donde tomó un vuelo hacia China.
Fatiga ante estrategia de covid cero
Tras casi dos años de pandemia que en China se ha combatido con algunas de las medidas más contundentes del mundo, algunas muestras de malestar empiezan a emerger en el gigante asiático contra esta estrategia de tolerancia cero al covid-19.
Mientras muchas naciones -también en la cautelosa región asiática- tratan de aprender a convivir con el virus, China mantiene las fronteras cerradas y decreta confinamientos y cribados masivos a veces por un solo caso.
Los costes de esta estrategia son bien conocidos por los 210.000 habitantes de Ruili, una ciudad fronteriza con Birmania que ha pasado ya por tres importantes confinamientos y frecuentes test masivos, dejando a muchos negocios al borde del colapso.
Un comerciante apellidado Lin asegura que su joyería pende de un hilo, sin turistas ni clientes por las restricciones sanitarias.
“Continuamos operando (...) pero estamos sobreviviendo”, dijo a AFP Lin, que no quiso dar su nombre entero por miedo a represalias.
En una entrevista televisiva muy compartida, el profesor de la Universidad de Hong Kong Guan Yi cuestionó este mes la estrategia china, argumentando que no debería desplegar test masivos “a cada oportunidad” ni administrar dosis de vacunas de refuerzo sin tener datos suficientes sobre su eficacia.
Durante el primer año de pandemia, China contuvo con éxito las infecciones. Pero la variante delta se ha demostrado más difícil de combatir.
En semanas recientes se han detectado casos en más de 40 ciudades, aunque el número de infecciones continúa siendo irrisorio comparado con otros países, todavía más para una población de 1.400 millones de personas.
Aun así, millones de personas fueron confinadas y muchos millones más vieron sus vidas perturbadas: bodas canceladas, funerales de duración recortada, escuelas cerradas o vuelos suspendidos que dejaron varados a miles de turistas.
Despedidos si no consiguen controlar los contagios, los funcionarios locales han optado por medidas cada vez más drásticas. Una región ofreció miles de dólares a cambio de información sobre un brote.
Pekín “enfrenta una presión doméstica creciente para transitar hacia un enfoque más flexible”, indica a AFP Yanzhong Huang, del Council on Foreign Relations.
La odisea desesperada de un hombre por el país generó estupor en redes sociales. El empresario salió de Pekín para un viaje de negocios y no pudo volver a la capital pese a estar vacunado, haber dado negativo en un test y no haber viajado a una zona de riesgo.
Después de que el incidente se viralizara en las redes, las autoridades admitieron que algunas personas podrían haberse visto bloqueadas por error.
Las redes también se incendiaron cuando en el centro del país unos operarios de los servicios sanitarios mataron a golpes de palanca a un perro mientras sus propietarios estaban en cuarentena.
“¿Cómo podemos confiar en un Estado que dice servir al pueblo pero aplica la ley tan brutalmente?”, dijo un internauta.
Pero la mayoría de expertos duda que las autoridades comunistas revisen su estrategia antes de los Juegos Olímpicos de Invierno en Pekín en febrero o, incluso, antes del importante Congreso del Partido Comunista a finales de 2022.
Con información de AFP