El presidente ruso, Vladímir Putin, en una conferencia de prensa el lunes 25 de marzo, reconoció que el atentado en una sala de conciertos cerca de Moscú el 22 de marzo fue llevado a cabo por “islamistas radicales”. Aunque el grupo yihadista Estado Islámico (EI) reclamó la responsabilidad inmediatamente, Putin sugirió que Ucrania podría haber jugado un papel importante en el acto, insinuando que podría haber beneficiado al país vecino.
Putin afirmó: “Ya sabemos quién cometió el ataque contra Rusia y su pueblo. Nos preguntamos quién lo ordenó”. Según la teoría del Kremlin, Ucrania podría estar detrás del ataque.
A pesar de la reivindicación del EI, Putin sigue culpando a Kiev por el atentado terrorista que dejó más de 130 personas muertas en la sala de conciertos a las afueras de Moscú.
El presidente ruso ha enfatizado que, aunque no duda de la culpabilidad de los cuatro individuos detenidos, quienes aparecieron en una audiencia judicial con evidentes signos de haber sido golpeados, él insiste en que Ucrania está detrás del ataque, debido al conflicto en curso entre ambos países desde la invasión rusa iniciada en febrero de 2022.
En este sentido, Putin ha sugerido una posible conexión entre el ataque del viernes y una respuesta de Kiev a la guerra que lleva más de dos años.
Los señalamientos de Rusia se han intensificado en respuesta a los informes y declaraciones de autoridades estadounidenses, quienes afirman que el ataque fue perpetrado únicamente por extremistas.
Después de las detenciones de los últimos días, Putin ahora busca a los autores intelectuales del ataque, planteándose la pregunta: ¿Quién ordenó este acto?
“Esta atrocidad solo puede ser un eslabón en una serie de intentos de quienes, desde 2014, están en guerra con nuestro país, a través del régimen neonazi de Kiev. Y los nazis, como es bien sabido, nunca dudaron en utilizar los medios más sucios e inhumanos para lograr sus objetivos”, fue su respuesta.
Minutos después de perpetrar el ataque, el grupo yihadista Estado Islámico reivindicó la acción a través de su canal de Telegram. En su comunicado, afirmaron: “Los combatientes del Estado Islámico atacaron a una gran agrupación de cristianos en la ciudad de Krasnogorsk, en las afueras de la capital rusa, Moscú, y causaron la muerte y lesiones a cientos de personas, además de provocar una gran destrucción en el lugar, antes de retirarse a sus bases de manera segura”.
Putin, sin embargo, no atribuye el ataque al Estado Islámico, sino que lo considera una táctica de miedo impulsada por Kiev. Además, acusa a Estados Unidos de respaldar a Ucrania al responsabilizar a los yihadistas.
El Gobierno de Estados Unidos, por otro lado, afirma haber obtenido información previa sobre un “ataque terrorista” en Rusia y haberla compartido con el Gobierno Putin. El 7 de marzo, el Departamento de Estado emitió una alerta, señalando que la Embajada estadounidense en Rusia estaba monitoreando informes sobre planes de un grupo extremista para atacar grandes conglomeraciones en Moscú.
La organización terrorista, Estado Islámico, ha sido responsable de varios ataques en todo el mundo, incluido uno en septiembre de 2022 en la embajada rusa en Kabul. Según la inteligencia estadounidense, el ataque en cuestión fue exclusivamente provocado por el Estado Islámico.
El Kremlin sospecha de la relación del ataque con la guerra que mantiene con Kiev, argumentando que los terroristas habrían intentado huir a Ucrania. María Zakharova, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, también respaldó esta teoría.
Putin planteó su escepticismo sobre la afirmación de que el ataque al Crocus City Hall fue perpetrado por la organización terrorista. Según él, los estrategas políticos estadounidenses se han enredado en sus propias artimañas. Argumentó que esta narrativa surge de su falta de alternativas, debido a la inversión masiva de fondos y armamento sin precedentes en el régimen de Kiev, que se ha llevado a cabo sin auditorías y con el uso de esquemas corruptos.
Dudando de la lógica detrás de un posible ataque del Estado Islámico contra Rusia, Putin cuestionó si las organizaciones islámicas radicales o terroristas realmente tienen interés en dirigir sus ataques hacia Rusia. Además, criticó el hecho de que, según él, los perpetradores, siendo musulmanes que profesan el “islam puro”, cometan atrocidades durante el sagrado mes de Ramadán, algo que todos los musulmanes consideran sagrado.
Por otro lado, Ucrania ha negado cualquier implicación o participación en el atentado. El presidente Volodímir Zelenski acusó al Kremlin de intentar desviar la responsabilidad de los verdaderos culpables. Zelenski expresó su descontento con Putin, acusándolo de ignorar a los ciudadanos rusos y dedicarse a buscar formas de culpar a Ucrania por el incidente en lugar de abordar la situación interna en su propio país.
*Con información de Reuters y France 24