El nuevo ministro de finanzas británico, Jeremy Hunt, anunció una reestructuración casi total de las medidas que había aplicado su predecesor, Kwasi Kwarteng, y que a poco más de un mes en el cargo le costaron su salida. “Me has pedido que me haga a un lado como tu canciller. He aceptado”, dijo el viernes el exfuncionario.
Los cambios llegan a solo días de que traspasara de mando la responsabilidad de intentar salvar las finanzas en el Reino Unido.
Previo a explicar en qué consistía su nueva política, el nuevo ministro anunció que se suprimirían “casi todas las medidas fiscales” comunicadas unas tres semanas atrás. El encargado de la cartera de Hacienda aseguró haber obtenido autorización de la Cámara para su propuesta, con la que busca “reducir especulaciones contraproducentes” sobre unas “decisiones sensibles para el mercado” al que es necesario “proporcionar confianza y estabilidad”.
Las finanzas británicas han estado “salpicadas” por incertidumbre y variación luego de que, a finales de septiembre, el gobierno de Liz Truss anunciara su paquete de iniciativas económicas. Estas incluían recortes a los impuestos y ayudas estatales a las facturas energéticas; sin embargo, una de las críticas estuvo sobre la ausencia de un plan para financiar estas medidas (y no engrosar la deuda pública).
Una decisión “salvavidas”
Hunt explicó que “ningún Gobierno puede controlar los mercados, pero todos los gobiernos pueden ofrecer certidumbre sobre la sostenibilidad de las cuentas públicas”. Además, destacó que “una responsabilidad central de cualquier administración es hacer lo que sea necesario para preservar la estabilidad económica”.
“Es vital para que las empresas tomen decisiones de inversión a largo plazo y las familias puedan conservar sus empleos, pagar sus hipotecas y hacer frente al coste de la vida”, amplió el nuevo ministro para quien los cambios han sido diseñados con el fin de entregar “confianza y estabilidad”.
“No es adecuado endeudarse para financiar el plan del Gobierno de rebajar al 19 % el impuesto sobre la renta en abril de 2023, en un momento en el que los mercados nos demandan compromisos con la sostenibilidad de las finanzas públicas, por lo que el gravamen se mantendrá en el 20 % de manera indefinida hasta que las circunstancias económicas permitan recortarlo”, agregó.
Truss justifica los cambios
La primera ministra de Reino Unido, Liz Truss (quien entró a suceder a Boris Johnson), defendió el “paso atrás” que se está dando en la reforma fiscal y gasto público, al afirmar que “la población británica ahora mismo quiere estabilidad”. La mandataria admitió que el país pasa por “graves desafíos”.
“Enfrentamos el empeoramiento de las condiciones económicas. Hemos tomado medidas para trazar un nuevo curso de crecimiento que apoye y cumpla con las necesidades de las personas en todo el Reino Unido”, justificó en su cuenta de Twitter.
Así las cosas, se revierte la reducción del impuesto de sociedades del 25 al 19 %, y se pausa “de manera indefinida” la rebaja en el impuesto de renta (del 20 al 19 %). El responsable del Tesoro también confirmó que el tope de la factura energética se mantendrá hasta abril de 2023, mientras evalúa cómo aliviar (en hogares y empresas) los costos de los combustibles.
El gobierno de Truss permanece bajo constantes críticas, incluso por parte de miembros de su Partido Conservador, que no descarta poner en marcha una estrategia con la cual destituirla.
*Con información de AFP y Europa Press.