Luego de un enfrentamiento con armas de fuego, registrado en la madrugada de este domingo entre un líder del Partido de los Trabajadores en Foz de Iguazú y un seguidor del presidente ultraderechista Jair Bolsonaro, el primero de ellos murió por los disparos.
La fuerza de izquierda de ese país aseguró que sé trató de un hecho que calificó como “violencia política”.
En medio de una rueda de prensa, la comisaria, Iane Cardoso, de la Policía Civil del estado de Paraná, dijo que investigará si efectivamente se trató, como se sospecha, de un caso de intolerancia política.
De acuerdo con un informe policial, Marcelo Arruda, militante del Partido Trabajadores y agente municipal, celebraba su cumpleaños número 50 con una fiesta temática del partido, cuando Jorge Guaranho, un policía penitenciario federal, irrumpió en el festejo.
El hecho quedó grabado en imágenes de video de una cámara de seguridad del sitio y se muestra la secuencia de hechos que acabaron con la vida de Arruda y con Guaranho ingresado en un hospital en estado “estable”, bajo custodia de la Policía Militar, detalló Cardoso.
La comisaría relató la reconstrucción de los hechos e indicó que el policía Guaranho, llegó alrededor de las 23:40 horas del sábado a la fiesta donde, aparentemente, se escuchaban canciones que aludían a Bolsonaro.
Según testimonios, añadió, el policía gritó frases de apoyo al presidente ultraderechista y, tras amenazas con el arma en la mano, dejó la fiesta diciendo que volvería.
“Cuando el policía regresó al local ocurrió la tragedia”, dijo Cardoso.
Miembros del partido del expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, quienes hicieron la denuncia pública de los hechos, aseguraron que el hombre que se encontraba festejando en su casa “intentó defenderse” con el arma reglamentaria que tenía en su auto. Dicha reacción fue catalogada como un “acto heroico” para detener a Guaranho.
El presidente Bolsonaro se pronunció sobre los hechos en su cuenta de Twitter, rechazó cualquier tipo de apoyo a la violencia y pidió investigación sobre lo sucedido.
“Que las autoridades investiguen seriamente lo sucedido y tomen todas las medidas correspondientes, así como contra los calumniadores que actúan como buitres para intentar hacernos daño las 24 horas del día”
Así mismo, el mandatario pidió coherencia con los actos y pidió a quienes piensen o actúen de manera violenta cambiar de bando, indicando que apoyaran a la izquierda, incluso señaló que son ellos quienes “tienen un historial innegable de episodios violentos”.
“Es el otro bando el que apuñala, el que escupe, el que destroza el patrimonio, el que dispara petardos a los camarógrafos, el que protege a los terroristas internacionales, el que deshumaniza a las personas con etiquetas y pide fuego contra ellas, el que invade fincas y mata animales, el que empuja a un señor en un camión de mudanzas”, trinó el mandatario.
Por su parte, Lula también respondió a su rival político, en una nota, en la que se solidarizó con los familiares del militante y con los de Guaranho, “que perdieron a un padre y un marido por un discurso de odio estimulado por un presidente irresponsable”, señaló.
El hecho ha causado consternación mundial. Pamela Silva, la esposa del hombre asesinado, dijo a la cadena Globo que, es una “extrema estupidez” perder a su marido por un “extremismo ridículo”.
El Partido Trabajadores advirtió sobre el “crecimiento de la violencia política en el país”, polarizado entre derecha e izquierda de cara a la elección presidencial del 2 de octubre, que se definirá entre Bolsonaro y Lula “Cualquier persona enloquecida por este proyecto de muerte y destrucción se convierte en agresor o asesino”.
*Con información de AFP.