Desde exigencias de la familia de la víctima hacia los ministerios de Relaciones Exteriores de Perú e Indonesia hasta marchas multitudinarias convocadas por colectivos y activistas LGBTQ+, han sido las manifestaciones para exigir justicia ante estos dos países, para que revelen cuáles fueron las causas que llevaron a la muerte de un joven transgénero que murió bajo la custodia de las autoridades en la isla de Bali.

Según explicaron los medios locales, Rodrigo Ventosilla, de 32 años, un joven graduado de Harvard, como fue identificada la víctima, había viajado hasta Bali, Indonesia, para su luna de miel con su esposo Sebastián Marallano. Sin embargo, en medio de un procedimiento policial por la aduana, el peruano fue detenido y señalado de llevar consigo cannabis, lo cual es considerado ilegal en esa zona.

Sin embargo, luego de que pasar dos días en el centro de detención, Ventosilla comenzó a enfermar, presentando fuertes dolores en el estómago y vómito frecuente, además de fallas en las funciones corporales que afectaron su cerebro, hígado y riñones, según informaron desde la Policía de Bali.

Ante esta situación, el joven fue llevado a un hospital de urgencia, pero tras cinco días desde la detención, el 11 de agosto, Ventosilla murió. Las autoridades de Bali aseguraron que la víctima falleció por “fallo en las funciones corporales”, luego de que, presuntamente, consumiera una droga letal que no le habían confiscado en el aeropuerto.

Sin embargo, las explicaciones que dio el Gobierno de Indonesia fueron insuficientes tanto para sus familiares como para muchos activistas en Perú y a nivel mundial. Incluso, los seres queridos de Ventosilla han emitido un comunicado en redes sociales, en donde afirman que el joven estudiante fue víctima de una “detención arbitraria”, además de “discriminación racial y transfobia”, por parte de la Policía en Bali.

“En un acto de discriminación racial y transfobia, Rodrigo fue detenido y sindicado como traficante de drogas, por tener medicamentos vinculados a su tratamiento de salud mental, los cuales contaban con su prescripción de personal de salud. Sebastián, quien llegaba en un vuelo distinto anterior, también fue retenido sin cargo alguno cuando acudió a prestar ayuda a Rodrigo”, explicó la familia de Ventosilla en las redes sociales, indicando que el joven tenía una prescripción con la que se le permitía el porte de cannabis.

La familia continuó contando que, para dejarlos en libertad, la Policía de Bali les exigía una fianza de entre 13 mil a 100 mil dólares por cada uno, una suma que califican como “exorbitante” y que claramente no tenían a la mano para poder ayudar a los dos nacionales en medio de su encarcelamiento.

“Durante esa tarde ambos fueron víctimas de violencia policial, se vulneraron de forma múltiple sus derechos humanos vitales como la salud, libertad, el acceso a defensa legal, información y no discriminación... Los familiares fuimos informados que habían sufrido una fuerte descompensación en su celda por lo que fueron hospitalizados, inicialmente en el Hospital de Policía, donde Rodrigo estuvo en la Unidad de cuidados intensivos”, continuaron contando los familiares, afirmando las presuntas violaciones de derechos humanos que esta pareja habría sufrido por parte de las autoridades en Bali.

Entre tanto, se informó que la familia ya ha contratado a un grupo de abogados con la intención de denunciar a las autoridades de Indonesia por las presuntas injusticias que se habrían cometido con Ventosilla, según informa el medio español El País, agregando que se estaría trabajando de la mano con la Cancillería peruana para llegar hasta el fondo del caso.