Los últimos días en Brasil han estado acompañados de una cantidad de lluvia “récord”, situación que causó al menos 24 muertos durante el fin de semana de carnaval en el litoral del estado de Sao Paulo, informaron este domingo las autoridades.
En el municipio de Sao Sebastiao, ubicado a unos 200 km de la capital paulista, se registraron hasta ahora “23 muertes”, dijo Felipe Augusto a CNN.
En tanto, una niña murió en la localidad de Ubatuba, informó el gobierno local.
Antes, el gobierno de Sao Paulo había informado de 19 decesos, y “228 personas desalojadas y 338 evacuadas” en la región costera al norte de la capital.
El número de heridos y desaparecidos no fue precisado por las autoridades, que trabajan a contrarreloj para auxiliar a las víctimas.
Personas bajo el lodo
El gobernador del estado de Sao Paulo, Tarcísio de Freitas, quien sobrevoló la zona afectada este domingo, decretó el estado de calamidad en cinco municipios de la región costera. Y liberó 7 millones de reales (alrededor de USD 1,5 millones) para tareas de rescate.
Unas 50 casas fueron arrasadas por el agua en Sao Sebastiao, y “todavía hay personas soterradas”, dijo Augusto.
Ese municipio, en cuyas playas muchos paulistas pasan el feriado de carnaval, fue uno de los puntos más golpeados: cayeron más de 600 mm de lluvia en 24 horas (más del doble de lo esperado para el mes), indicó la alcaldía.
Esos volúmenes fueron “excepcionales y récord”, dijo Augusto, quien describió una situación “extremadamente crítica”. La tragedia interrumpió las celebraciones del carnaval allí y en otras localidades.
Lula visita el área
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva visitará la zona afectada. “Mañana (lunes) iré para Sao Paulo a visitar la región y acompañar los esfuerzos para enfrentar esta tragedia”, escribió en Twitter el mandatario, que se encuentra descansando en Bahia (noreste) desde el viernes.
Imágenes de la zona difundidas por medios locales y usuarios de redes sociales muestran barrios enteros bajo el agua; laderas surcadas por el lodo; escombros de casas arrastradas por deslizamientos; carreteras hundidas y autos destrozados por árboles caídos, entre otras muestras de los daños.
Lula prometió en otro mensaje en redes sociales “reunir a todos los niveles de gobierno” para “atender heridos, buscar desaparecidos, restablecer las carreteras, conexiones de energía y telecomunicaciones”.
Los destrozos a la vista aún no han sido mesurados. “Todavía no conseguimos calibrar el tamaño de los daños. La prioridad es rescatar a las víctimas”, indicó Augusto.
Más de un centenar de bomberos actúan en el lugar, con vehículos y apoyo de siete helicópteros ante las dificultades de acceso, informó el gobierno de Sao Paulo.
El ejército también colabora con equipos de búsqueda y rescate de personas afectadas, además de dos aeronaves. El gobierno nacional movilizó a grupos especializados de Defensa Civil, y dispuso fondos para atender la emergencia.
El ministro de Integración Regional y Desarrollo Regional, Waldez Góes, quien también visitará la región golpeada por las lluvias este lunes, dijo a GloboNews que “no faltarán recursos”.
En medio de las imágenes de desolación, las autoridades destacaron el rescate de un niño de dos años que estaba cubierto por el barro, y de una embarazada en pleno trabajo de parto.
Brasil sufre los efectos del cambio climático, con fenómenos extremos cada vez más frecuentes, como en Petrópolis, Río de Janeiro, donde murieron como consecuencia de fuertes lluvias más de 230 personas en febrero de 2022.
Los sondeos actuales confirman que la mayoría de los brasileños son considerados “fiesteros natos” durante el carnaval, es decir, que no se lo pierden por nada en el mundo, según un estudio de la plataforma de tecnología de datos Navegg citado por el diario Globo.
Este año, sin embargo, el del estado de Sao Paulo (sureste) quedó ensombrecido por la tragedia.
*Con información de AFP.