El acuerdo de 2015, firmado por varias potencias mundiales junto a China y Rusia, preveía un levantamiento de las sanciones internacionales contra Irán a cambio de garantías de que este país no desarrollara armas atómicas.
Sin embargo, Irán empezó a producir uranio altamente enriquecido en su planta de Fordo, lo cual llamó la atención de Reino Unido, Francia y Alemania, que consideran la decisión iraní como un acto que no tiene “ninguna justificación civil” y “desafía al sistema de no proliferación” nuclear.
Por su parte, Estados Unidos expresó igualmente su “profunda preocupación” por el avance del programa nuclear de Irán, teniendo en cuenta el acuerdo que ya se había llevado a cabo, pero que está moribundo desde la retirada de Washington en 2018, bajo la Presidencia de Donald Trump, cuando restableció las sanciones económicas contra Teherán.
En respuesta a lo sucedido, Irán fue rompiendo sus compromisos desde 2019 y aunque niega que sus actividades nucleares tengan como objetivo desarrollar una bomba e insiste en que su programa tiene fines civiles, muchos aún tienen dudas al respecto.
Las contramedidas
Como represalia de las sanciones estadounidenses, Irán aseguró en enero de 2021 que estaba trabajando para enriquecer uranio al 20 %. Varios meses después, otra instalación iraní en Natanz (centro) alcanzó la cota de 60 %.
En el acuerdo de 2015, la República Islámica había aceptado congelar las actividades de la planta de Fordo, unos 180 kilómetros al sur de Teherán, construida bajo tierra para protegerla de eventuales bombardeos.
Las medidas anunciadas este martes son “nuevos pasos significativos en el vaciamiento” de ese acuerdo, sostuvieron Reino Unido, Francia y Alemania en su declaración, por lo que además el portavoz de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, criticó “progreso del programa nuclear de Irán” y “la mejora constante de sus capacidades de misiles balísticos”.
Tras la derrota electoral de Trump, su sucesor, Joe Biden, expresó su deseo de que Washington participe de una reactivación del acuerdo y en abril del año pasado se iniciaron contactos al respecto, pero el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, dijo el mes pasado que ve pocas oportunidades de restablecer el acuerdo.
Las razones se deberían a la violenta represión de las manifestaciones que se desencadenaron en Irán en septiembre por la muerte en detención de la joven Mahsa Amini, arrestada por no acatar las normas de vestir de la República Islámica.
La Resolución
El acuerdo entre las grandes potencias e Irán fue supervisado por el OIEA, pero las relaciones entre Teherán y esta agencia de la ONU se han deteriorado en las últimas semanas, resultando en que la junta de gobernadores del OIEA aprobara el jueves una resolución que critica la falta de cooperación de Irán, tras un pronunciamiento similar en junio.
Las resoluciones alegan la ausencia de respuestas “técnicamente creíbles” de Irán sobre los restos de uranio enriquecido encontrados en tres instalaciones no declaradas, a lo que Teherán anunció que tomaría represalias por esas resoluciones y la agencia oficial ISNA afirmó que el aumento de la capacidad de la planta de Fordo forma parte de la respuesta iraní y reclamó en agosto el cierre de la investigación del OIEA sobre los sitios no declarados del país.
*Con información de AFP.