El Ejército israelí afirmó el sábado que “la mayoría de los líderes de Hezbolá fueron eliminados” después de haber anunciado la muerte de Hassán Nasralah, líder del movimiento islamista libanés, que no confirmó esta información. El Ejército israelí también indicó el sábado que había bombardeado durante la noche más de 140 posiciones de Hezbolá en Líbano, desde donde el movimiento islamista libanés dispara cohetes contra Israel en apoyo a su aliado Hamás en la Franja de Gaza.
“Desde la noche anterior el Ejército golpeó más de 140 objetivos [...] de Hezbolá, en especial lanzacohetes dirigidos contra civiles israelíes, edificios en los que se almacenaban armas [...] y otros sitios de infraestructuras terroristas, algunos integrados bajo edificios residenciales en el área de Beirut”, indicó el Ejército en un comunicado.
Hassán Nasralah, el jefe de esa organización terrorista, estaba en el lugar de un bombardeo en un suburbio del sur de Beirut. Una fuente próxima al movimiento islamista libanés afirmó que se había perdido el contacto con el dirigente. Hezbolá, archienemigo de Israel, no anunció oficialmente de momento el deceso de su jefe, sino más de 15 horas después de que las fuerzas israelíes bombardearan su cuartel general en la periferia sur de la capital libanesa.
“Hassán Nasralah está muerto”, declaró un portavoz del Ejército israelí, Nadav Shoshani, en la red social X. Hasán Nasralá, de 64 años, es un hombre muy poderoso y venerado en Líbano. Desde hace años vive en la clandestinidad y aparece pocas veces en público.
Según varias cadenas israelíes, Nasralah fue blanco de bombardeos de gran intensidad el viernes por la tarde en un barrio densamente poblado de la periferia sur de Beirut. Después de que Israel anunciara su muerte, el jefe del Estado Mayor israelí, el general Herzi Halevi, afirmó: “No hemos agotado todos los medios de que disponemos. El mensaje es simple: sabremos alcanzar a cualquiera que amenace a los ciudadanos de Israel”.
El bombardeo israelí del viernes destruyó decenas de edificios y obligó a cientos de personas a abandonar sus hogares. Pese a los incesantes bombardeos de Israel en el sur, en el este de Líbano y en el sur de Beirut, el movimiento chiita anunció el sábado que disparó cohetes contra un kibutz israelí y varias posiciones militares en el norte de Israel, en respuesta “a los ataques salvajes del enemigo israelí”.
Después de que el Ejército israelí llamara a los habitantes del suburbio sur de Beirut a evacuar la zona, cientos de habitantes –familias enteras– abandonaron sus hogares y pasaron la noche al raso. El Ejército israelí afirmó que apuntaba a inmuebles residenciales que albergan depósitos de armas de Hezbolá.
Hezbolá abrió un frente contra Israel al inicio de la guerra en Gaza, desencadenada por el ataque contra Israel que su aliado, el movimiento islamista palestino Hamás, llevó a cabo el 7 de octubre de 2023. Desde entonces, prometió continuar con sus ataques “hasta que termine la agresión israelí en Gaza”.
Israel afirma que, con sus bombardeos, busca restablecer la seguridad en el norte del país, blanco de los disparos de Hezbolá, y permitir que decenas de miles de habitantes que tuvieron que dejar la zona puedan volver a sus hogares.
Bombardeos de envergadura
Este sábado, el Ejército israelí indicó que había llevado a cabo “bombardeos de envergadura” contra “decenas de objetivos” de Hezbolá en el sur y en el este de Líbano. Previamente, había indicado que sus fuerzas mataron al comandante de una unidad de misiles del movimiento y a su adjunto, en un bombardeo en el sur de Líbano.
Además, sus aeronaves sobrevolaron el aeropuerto de Beirut y sus alrededores para impedir que Irán envíe cargamentos de armas para Hezbolá, explicó el Ejército.
Las operaciones israelíes contra Hezbolá en Líbano continuarán “hasta que se alcancen todos sus objetivos”, afirmó en la ONU el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, echando por tierra las esperanzas de que se adopte un alto el fuego propuesto el miércoles por Francia y Estados Unidos. Desde el lunes, los bombardeos israelíes han dejado más de 700 muertos, mayoritariamente civiles, según el Ministerio libanés de Salud.
Israel también afirmó prepararse para una eventual incursión terrestre, que sería “lo más corta posible”, según un responsable israelí de Seguridad. Los enfrentamientos entre Israel y Hezbolá se intensificaron desde el inicio hace un año de la guerra en Gaza y ya han dejado más de 1.500 muertos, un saldo superior al provocado por la última guerra entre ambos en 2006.
El conflicto en Gaza estalló tras el ataque de Hamás contra Israel del 7 de octubre, que dejó 1.205 muertos en Israel, en su mayoría civiles. De las 251 personas secuestradas, 97 siguen en Gaza, 33 de las cuales han sido declaradas muertas por el Ejército. En represalia, Israel lanzó una ofensiva en la Franja de Gaza que ha dejado hasta el momento 41.586 muertos.
*Con información de la AFP.