Después de que las Fuerzas de Defensa de Israel anunciaran un ataque contra la Franja de Gaza, el Ejército del país ha realizado una serie de ataques aéreos contra varios complejos militares del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) en la Franja de Gaza.
El ataque se realizó en respuesta al lanzamiento de seis proyectiles después de una redada de las fuerzas israelíes en la ciudad cisjordana de Nablus, que se saldó con once palestinos muertos y más de cien heridos.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) aseguraron que los aviones de combate han atacado una infraestructura de producción de armas, ubicada en el centro de Gaza, y un complejo militar de la organización que se utiliza para almacenar armas, localizado en el norte del territorio.
Las autoridades israelíes acusaron a Hamás de colocar sus complejos “en el corazón de la población civil”, ya que una de las estructuras afectadas se encuentra cerca de una mezquita, una clínica, una escuela, un hotel y una comisaría de Policía.
El día de ayer, miércoles 22 de febrero, las fuerzas israelíes lanzaron una operación contra presuntos miembros de una célula vinculada con la muerte de un militar en octubre de 2022, donde rodearon una vivienda en Nablus para proceder a nuevos arrestos que desencadenaron en enfrentamientos que se saldaron con la vida de más de una decena de palestinos.
El ministerio palestino indicó que las víctimas mortales de la incursión en Naplusa tenían entre 16 y 72 años. ‘La Guarida de los Leones’, un grupo armado en Naplusa, señaló que seis de los muertos eran miembros de distintas facciones palestinas. Además, el ministerio informó que 82 personas resultaron heridas de bala y, según la Media Luna Roja Palestina, 250 personas fueron tratadas por inhalación de gases lacrimógenos.
El portavoz de la presidencia de la Autoridad Palestina, Nabil Abu Rudeina, culpó así a “las fuerzas de ocupación” de cometer nuevos abusos y reclamó ayuda a la comunidad internacional. “Deben actuar inmediatamente para frenar los crímenes israelíes contra nuestro pueblo”, dijo en un comunicado en el que también pidió más “presión” por parte de Estados Unidos.
Por su parte, Abú Obeida, un responsable de las Brigadas Ezzeldín al Qasam, el brazo armado de Hamás, avisó de que el grupo está observando desde Gaza las acciones del “enemigo”: “Nuestra paciencia se está agotando”, aseguró, mientras que Yihad Islámica ha advertido de que “la sangre de los mártires de Nablus no ha sido derramada en vano”.
Por su parte, las Fuerzas de Defensa de Israel aseguraron después del ataque que “constituye un daño significativo a la capacidad de Hamás para fortalecerse y armarse en la Franja de Gaza”.
Agregaron que “la organización terrorista Hamás es la responsable en la Franja de Gaza y es quien pagará el precio de las violaciones de seguridad contra el Estado de Israel”, dice el comunicado emitido por las autoridades.
Inicialmente, no se registró ninguna víctima por este intercambio de fuego llevado a cabo en las últimas horas, casi dos meses después de la investidura de un nuevo gobierno en Israel, considerado el más derechista en la historia del país. Por su parte, el primer ministro, Benjamin Netanyahu, elogió la actuación de las fuerzas israelíes y prometió “golpear duramente al terrorismo” tras la operación en Naplusa.
No obstante, el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, advirtió que la situación es “la más explosiva en años” en este territorio ocupado por Israel desde 1967, “Nuestra prioridad inmediata debe ser evitar una mayor escalada, reducir las tensiones y restaurar la calma”, dijo.
El ejército israelí aseguró que se trataba de una operación “antiterrorista” contra sospechosos implicados en ataques armados en Cisjordania y que neutralizó a tres de ellos. Según el ejército, sus hombres recibieron pedradas, artefactos explosivos y cócteles Molotov, pero no sufrieron bajas.
Con información de Europa Press y AFP*