La sala estaba oscura y con una pantalla de video en lo alto. Adentro, una veintena de periodistas de distintos medios colombianos contenían el aliento ante las imágenes: 46 minutos que daban cuenta de la sevicia y crueldad de Hamás, captada por cámaras GoPro que llevaban los propios terroristas el pasado 7 de octubre, cuando miles de ellos cruzaron la Franja de Gaza, por el sur de Israel, dispuestos a asesinar a todo aquel judío que se cruzara en su camino.
Varias de esas imágenes —sangrientas, crueles— fueron enviadas desde los celulares de las víctimas a sus familiares por los integrantes de Hamás. Otras, compartidas en las redes sociales de los terroristas, en las que se les ve celebrando la barbarie. “Alá es grande”, gritaban casi todos ellos. Algunas más, inenarrables, tomadas de las cámaras de seguridad de las víctimas en sus casas o grabadas por los organismos de inteligencia de Israel, que llegaron horas después de una jornada de violencia extrema que solo el primer día dejó más de 1.400 israelíes muertos.
Niños, ancianos, mujeres, hombres de todas las edades. Gente quemada viva, decapitada. Rematada en las calles, en los andenes, en los patios, en sus carros, en los pórticos de las casas. Pateada y escupida, incluso después de muerta. Un festival de música electrónica convertida en un inmenso cementerio con más de 160 cuerpos desperdigados en cada rincón.
Las imágenes saltan de una escena escalofriante a la otra. Cada una peor que la anterior. Una de ellas, en especial, desgarra el alma: primero se ve un padre con sus dos hijos, al interior de su casa. Todos están en ropa interior y a lo lejos, presas del pánico, escuchan las ráfagas de fusil. No tenían cómo saber que un comando de Hamás había entrado en su condominio y asaltaba, vivienda por vivienda, en busca de sus víctimas.
Presintiendo lo peor y ante la inminencia de la muerte, el padre se refugia con los pequeños en un pequeño cuarto del patio de la casa. La cámara muestra enseguida, cómo un par de terroristas de Hamás llegan hasta el lugar y lanzan desde lo lejos una granada justo al interior de la habitación en la que las tres víctimas se sentían seguras. Tras la detonación, el primero en caer —frente a sus hijos— es el padre. Los pequeños corren despavoridos a su casa. Uno de ellos, con un ojo ensangrentado producto de la explosión. Los pequeños se sientan a llorar en la sala: “Papá, papá”, grita desconsolado el más pequeño.
Hamas Massacre se llama el video. A secas. Lo presentó la embajada de Israel en su sede en Bogotá, en un intento por seguirle mostrando al mundo, esta vez a Colombia, por qué no tuvo más remedio que responder al ataque con una persecución sin tregua a los integrantes de la organización terrorista Hamás.
Así lo dejó claro el embajador Gali Dagan, quien aseguró después de la proyección que no es exagerado decir que cada israelí perdió a un familiar, a un amigo, a un vecino en esta masacre. Es un duelo y un trauma nacional muy grandes. Vivimos este ataque en medio de una de las mayores fiestas que tenemos, el Simjat Torá”
Además, comentó unas 200 familias “siguen sufriendo por el secuestro de niños, padres de familia, abuelos. Hay incluso un bebé de 9 meses en poder de los terroristas. Si aquí se estremecieron con el secuestro del papá de Luis Díaz, por doce días, piensen en estas familias que llevan más de un mes sin saber de los suyos”, comentó Dagan.
Y además subrayó la enorme cantidad de víctimas que el país perdió en un solo día: 1.400 personas. “Pensemos que eso son como diez aviones de Avianca”, comentó el funcionario israelí. “Es la pérdida más grave que hemos tenido en nuestros 75 años de historia. Por eso ahora reaccionamos de manera muy fuerte porque tenemos que eliminar esta amenaza que representa Hamás”, comentó.
Dagan reconoce que ese 7 de octubre falló la inteligencia de su país. “Esto sucedió 50 años de la guerra de Yom Kipur. Y por supuesto que había distintas alertas sobre un ataque de esta magnitud, pero no se actuó de forma cohesionada”, sostuvo el embajador de Israel en Colombia.
También cuestionó cómo, en el contexto regional de Oriente Medio, Irán desde años, y ante los ojos del mundo, “financia el terrorismo de Hamás, anualmente son cien millones de dólares”.
También hay que recordar, dijo Dagan, que el 6 de octubre se había pactado un cese al fuego con Hamás. Pero, este grupo “ha impedido por años todas las posibilidades de paz y reconciliación entre el pueblo palestino y el pueblo israelí”, aseguró.
Este video ya había sido presentado por las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF, por sus siglas en inglés) y puesto a disposición solamente de la Knéset (Legislativo de ese país). Cuando en el Congreso mostró el video, semanas atrás, muchos no pudieron terminar de verlo. Algunos parlamentarios se atacaron a llorar, otros salieron a respirar, varios simplemente quedaron atónitos.
La inteligencia israelí aseguró que ponía esas crudas imágenes para que los políticos supieran “a quién y a qué nos enfrentamos” y para que “todos sepamos hasta qué punto está justificado nuestro camino en esta guerra contra este mal”, reportó el diario The Times of Israel.