Las sirenas de las ciudades de Jerusalén y Beit Shemesh se activaron este lunes 10 de mayo tras confirmarse el ataque con cohetes lanzados desde Gaza.
Los habitantes de Jerusalén reportaron el sonido de múltiples explosiones y se ordenó la evacuación de los fieles judíos que se encontraban en el Muro de las Lamentaciones.
De acuerdo con los medios internacionales, Hamás ya se ha atribuido la responsabilidad en las explosiones.
El portavoz del ala militar de Hamás, Abu Obeida, aseguró que “las brigadas de Al Qassam golpean al enemigo con cohetes en represalia por sus crímenes y la agresión a la ciudad santa”.
“Este es un mensaje para el enemigo de que debe entenderlo. Si regresa, regresaremos. Si aumenta su agresión, aumentaremos nuestros ataques”, dijo el portavoz, según reseñó CNN.
El movimiento había amenazado a Israel con atacar si no retiraba sus fuerzas ubicadas en la Explanada de las Mezquitas y del barrio Sheij Jarrah, ubicado en Jerusalén Este, un lugar que es de extrema sensibilidad para palestinos e israelíes.
De acuerdo con Hamás, las tropas israelíes tenían hasta las 6 de la tarde hora local para retirarse. Cumplida esa hora, se dispararon varias salvas de cohetes desde el este y el norte de la Franja de Gaza.
Más temprano en la mañana se habían lanzado globos incendiarios y cohetes hacia el sur del territorio israelí en apoyo a los manifestantes de Jerusalén. Dos de los siete cohetes fueron interceptados por el sistema de antimisiles de Israel y, en respuesta, el Ejército disparó contra “puestos militares de Hamás en Gaza y cerró el paso de Erez en la frontera”, según informó AFP.
Fin de semana de enfrentamientos
Estos ataques tienen lugar el cuarto día de enfrentamientos entre palestinos y fuerzas de seguridad.
En las últimas horas, cientos de palestinos lanzaron proyectiles a las fuerzas de seguridad israelíes en la Explanada de las Mezquitas y los policías replicaron con balas de goma y gas lacrimógeno.
De acuerdo con la información entregada por la Media Luna Roja palestina, se registraron más de 305 palestinos heridos de los cuales 200 fueron evacuados en ambulancias.
Además, la Policía de Israel advirtió que no permitirá que los “extremistas amenacen la seguridad del público” y afirmó que hay nueve agentes heridos.
Los enfrentamientos coincidieron con la celebración del Día de Jerusalén, que marcó la conquista de la parte oriental de la ciudad por Israel en 1967.
Sin embargo, la “marcha de Jerusalén”, que suele estar envuelta en enfrentamientos y congrega a miles de israelíes en la llamada Ciudad Vieja, finalmente fue cancelada.
“No danzaremos sobre una Jerusalén dividida”, indicó la organización Am Kalavi. La Policía les había pedido a los palestinos no salir de sus casas para evitar la violencia.
A raíz del aumento de la violencia en este territorio, el Consejo de Seguridad de la ONU, a petición de Túnez, debe reunirse este lunes para abordar la situación en Jerusalén Este.
Sin embargo, sobre los llamados internacionales, el primer ministro israelí criticó la cobertura “errónea” de los “medios internacionales” a lo que está sucediendo en su país y aplaudió el actuar de las fuerzas de seguridad “para garantizar la estabilidad en Jerusalén”.
Por su parte, la Autoridad Palestina de Mahmud Abas denunció “una agresión bárbara” de las fuerzas israelíes.
Los enfrentamientos se iniciaron el viernes por la noche cuando más de 200 personas resultaron heridas en la Explanada, en lo que se considera uno de los disturbios más violentos desde 2017 en este sector.
El sábado y el domingo la calma volvió a la plaza, pero los enfrentamientos se desplazaron a otras áreas de Jerusalén Este, donde resultaron heridas más de cien personas, según la Media Luna Roja.
Una de las razones por las cuales crece la tensión en Jerusalén Este es el futuro de las familias palestinas habitantes del barrio Sheij Jarrá, que están siendo amenazadas con ser expulsadas. Sobre este tema, la justicia israelí aplazó una visita para estudiar el caso, que se haría inicialmente este lunes.
Estados Unidos, el principal aliado de Israel, les pidió a los altos cargos “israelíes y palestinos que actúen para poner fin a la violencia” y expresó su preocupación por “la posible expulsión de las familias palestinas de Sheij Jarrah”.
Por su parte, la Unión Europea y varios países árabes pidieron calma y moderación.
Con información de AFP