Israel amplió este sábado 5 de octubre sus bombardeos sobre Líbano y alcanzó los suburbios del sur de Beirut con 12 ataques aéreos, además de golpear por primera vez un campo de refugiados palestinos en el norte del país, en un ataque contra combatientes de Hezbollah y Hamás.
Decenas de miles de personas en Líbano, incluidos refugiados palestinos, seguían huyendo del conflicto en la región, mientras se realizaban marchas en todo el mundo para conmemorar el aniversario del inicio de la guerra en Gaza.
El ataque contra el campo de refugiados de Beddawi, cerca de la ciudad norteña de Trípoli, mató a un dirigente del ala militar de Hamás, además de a su esposa y a sus hijas pequeñas, explicó el grupo insurgente palestino en un comunicado. Hamás informó posteriormente que otro miembro de su ala militar murió en un ataque israelí en el valle de Bekaa, en el este de Líbano.
Las fuerzas israelíes afirman que han matado a varios oficiales del ala militar de Hamás en Líbano, donde la intensidad de los combates ha aumentado en las últimas semanas.
Israel ha matado a varios oficiales de Hamás en el lugar desde el inicio de la guerra contra el grupo insurgente, además de a la mayoría de los líderes principales del grupo político-paramilitar Hezbolá.
Columnas de humo dominaban el horizonte de los poblados suburbios del sur de Beirut, donde Hezbolá tiene una fuerte presencia. Israel afirma que sus ataques están dirigidos a los comandantes y al equipo militar de Hezbolá, y que su objetivo es alejar al grupo de la frontera mutua.
Unas 1.400 personas, incluyendo combatientes de Hezbollah y civiles, han muerto y alrededor de 1,2 millones han tenido que abandonar sus hogares en menos de dos semanas.
Hezbolá, la fuerza armada más poderosa del Líbano que, además, cuenta con el respaldo de Irán, comenzó a lanzar cohetes contra Israel casi inmediatamente después del ataque perpetrado por Hamás el 7 de octubre, afirmando que era una muestra de apoyo a los palestinos. Hezbolá y el ejército israelí han intercambiado fuego casi a diario.
La semana pasada, Israel puso en marcha lo que denominó una operación limitada por tierra en el sur de Líbano, tras una serie de ataques en los que murieron el líder de Hezbolá, Hasán Nasralá, y otras personas. Nueve soldados israelíes han muerto en los intensos enfrentamientos en tierra en los que, según Israel, han sido abatidos 250 combatientes de Hezbolá.
El ejército israelí reportó el sábado que se habían disparado unos 90 proyectiles desde Líbano hacia territorio israelí. La mayoría de ellos fueron interceptados, pero algunos cayeron en la ciudad árabe de Deir al-Asad, en el norte del país, donde tres personas sufrieron heridas leves, informó la policía.
El ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Abbas Araghchi, dijo a reporteros en Damasco que “tratamos de lograr un cese al fuego en Gaza y Líbano”. El ministro no mencionó a los países que han presentado iniciativas y dijo que entre ellos hay estados de la región y algunos que no son de Oriente Medio.
Araghchi hizo estas declaraciones un día después de que el líder supremo de Irán elogiara los recientes ataques con misiles de ese país contra Israel, y dijera que la nación está preparada para volverlo a hacer si es necesario.
Por otro lado, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmó que Israel tiene derecho a defenderse y que responderá a los ataques de Irán tras la andanada de misiles lanzados por Teherán esta semana contra su territorio.
“Israel tiene el deber y el derecho a defenderse y responderá a estos ataques y es lo que haremos”, sostuvo Netanyahu en una declaración televisada.
Con información de Associated Press*