Guillermo Lasso cuenta que creció en una familia de clase media baja de Quito. Su papá era funcionario público y sostenía con un sueldo modesto a un hogar numeroso de 13 hijos. Él era el último. “Con un sueldo fijo mantuvo una familia de 13 hijos. No es fácil”, aseguró. A los 15 años, el exmandatario ecuatoriano salió a buscar empleo en la Bolsa de Valores de Guayaquil para evitar ser cambiado de colegio. En esos años que estudió y trabajó, le fue muy bien y de esa experiencia saca hoy su mejor consejo a los jóvenes: “Mientras más tienes que hacer, más te alcanza el tiempo”.
El expresidente ecuatoriano compartió su historia de vida con el expresidente Iván Duque, en su serie de conversaciones llamada Tres Respuestas. “En este episodio, Lasso comparte su inspiradora historia personal, sus desafíos enfrentados en su carrera política, y su compromiso con la democracia. Además, se aborda su transición al ámbito filantrópico con un enfoque en la lucha contra la desnutrición infantil”, cuenta Duque en la presentación del programa.
El expresidente cuenta con emoción la historia de cómo llegó al mundo financiero. “Yo quería ser banquero desde que comía en la mesa de mis padres. Una mesa de 13 es casi como una mesa de Ping Pong. Yo jugaba a ser banquero y desempeñaba el rol de la secretaria, del cliente, del gerente. El dinero puede dañar una persona o fortalecerla a lo largo de su vida”, cuenta.
Con sus primeros salarios, el exmandatario invitaba a su papá al cine. Y eso le daba mucho orgullo. “De pequeño yo no quería depender de nadie. Pero también quería dejar de ser pobre. Estaba consciente de eso. Quería ser emprendedor porque quería ser autónomo, no empleado. Y fue después cuando quise ser banquero. Compramos un banco perfectamente quebrado por los cuatro costados. Y durante 40 años, lo hemos sacado adelante. Es el mejor banco del Ecuador y hoy su presidente es mi hijo mayor”.
La idea de ser presidente vino después. Pero al comienzo no pensaba que fuera a lograrlo rápido porque quién iba a votar por un católico y banquero en estos tiempos. Pero en 2021 ganó. Lasso contó que la primera llamada que recibió de felicitación en esa jornada electoral fue la del presidente Iván Duque. “Ese día te sentí como un amigo”, dijo con nostalgia. “Recuerdo con mucha emoción esa recepción, ese almuerzo, donde comenzamos a conocernos”, cuenta sobre su primera visita como presidente electo a Colombia.
El expresidente ecuatoriano contó que varias veces, cuando tuvo problemas, llamó a Duque. Una de esas veces fue cuando pensó en disolver la Asamblea Nacional, un acto que es constitucional en el Ecuador. “Yo tuve una oposición feroz. No quise pactar por ellos. El correismo (de Rafael Correa) me pedía impunidad, indultarlo de todos los delitos, y los otros querían corrupción, un pedazo del Estado”, narró. “Más que político, yo me defino como gestor”, asegura Lasso. Sobre su salida del poder, dijo que prefería eso, que quedar preso de la corrupción en el cargo.
Lasso habló de las cosas que lo han hecho sentir orgulloso, como haber ampliado la reserva de Galápagos, un tema que acompañó el expresidente Duque desde que lo soñaron por primera vez en la COP de Glasgow.
Al final, los expresidentes hablaron de los desafíos que vive el continente. “La democracia no está abandonada en América Latina”, señala Lasso. El presidente Duque habló de las tres enfermedades que promueve el grupo de Puebla: desinformar, dividir y promover alianzas con la criminalidad.
Para Lasso, lo más importante para construir sociedad es la creación de empleo. Duque agregó que hoy hay una actitud vergonzante del capitalismo. “Hay que defender el capitalismo”, aseguró Lasso y recordó su historia de nuevo: un hombre que pudo prosperar gracias al trabajo. “Yo no fui a la universidad. Pero mis cinco hijos sí pudieron hacerlo. Me fue muy bien”.