El expresidente sudafricano Jacob Zuma se entregó la noche de este miércoles a la policía para comenzar a cumplir una sentencia de 15 meses de cárcel por desacato, informó su fundación.

“El presidente Zuma decidió cumplir con la orden de encarcelamiento. Está en camino a entregarse al centro correccional” en la provincia de Kwazulu-Natal, indicó la fundación en Twitter.

Zuma fue condenado la semana pasada por un alto tribunal del país, en una decisión sin apelación, y debía entregarse a la policía a más tardar la medianoche del miércoles, de lo contrario sería detenido por la policía.

Media hora antes del vencimiento de ese plazo, una caravana de vehículos salió de la residencia de Zuma en Nkandla, en el este.

Horas antes, la policía advirtió que estaba preparada para detener al expresidente a la hora de vencimiento del plazo para hacer cumplir la sentencia condenatoria, salvo que el alto tribunal instruyera lo contrario.

Zuma montó una defensa de última hora y se negó a entregarse la noche del domingo, como había ordenado la corte.

Según el fallo, la policía tenía un plazo de tres días para detenerlo si no se entregaba.

Sus defensores enviaron este miércoles una carta a la corte para que otorgara un aplazamiento de última hora, lo cual no ocurrió.

El exmandatario también le pidió a la Corte Constitucional reconsiderar y rescindir la orden de prisión, una petición que será escuchada el lunes próximo.

Zuma, cuyo mandato estuvo marcado por escándalos de corrupción y nepotismo, dejó el poder por la fuerza en 2018 tras permanecer nueve años en el cargo y ser sustituido por Cyril Ramaphosa.

Sus críticos lo apodaron “el presidente de teflón” porque siempre lograba eludir a la justicia.

Su suerte cambió el 29 de junio, cuando la corte emitió la sentencia condenatoria por desacato, luego de que se negó a declarar ante una comisión que investiga el desvío de recursos públicos bajo su gobierno.

Influencia

Pese a su golpeada imagen, el expresidente tiene un peso importante entre altos cargos y miembros de base del gobernante Congreso Nacional Africano (CNA).

El fin de semana les dijo a sus simpatizantes que habría caos si la policía se “atrevía” a detenerlo.

Nacido en una comunidad rural donde no recibió educación formal, llegó a ser el jefe de inteligencia de la CNA durante la lucha contra el apartheid y pasó 10 años en prisión en la tristemente célebre Robben Island.

Pese a sus tensiones internas, la CNA dijo que no iba a interferir con el proceso judicial de Zuma.

El portavoz del partido, Pule Made, les dijo a periodistas que “respetamos la independencia del poder judicial”.

Zuma también ha sido acusado de participar en un caso de soborno de hace más de 20 años.

Enfrenta 16 cargos de fraude, corrupción y crimen organizado por la compra en 1999 de aviones de combate, lanchas patrulleras y equipo militar de cinco firmas europeas por 30 millones de rand, que entonces equivalían a 5.000 millones de dólares (6.000 millones de euros).

Con información de AFP