El próximo 1 de enero de 2023 Luiz Inácio Lula da Silva jurará como presidente de Brasil tras derrotar en las urnas al actual jefe de Estado, Jair Bolsonaro, quien se ha negado a aceptar el resultado de los comicios del pasado mes de octubre.
Desde el día en el que se entregaron los resultados electorales, pocas veces se ha visto al actual presidente de Brasil. Días después de la segunda vuelta apareció en una rueda de prensa desde el Palacio de Planalto, dando la orden a su gobierno de hacer la transición de mando al equipo de Lula.
El silencio de Bolsonaro ha sido sepulcral en los pocos eventos en los que ha participado desde entonces. Se le ve cabizbajo y no pronuncia mayores palabras, no volvió a aparecer en las redes sociales, donde era muy activo, y cumple con una agenda cada vez menos apretada como presidente.
Según lo han informado medios de comunicación en Brasil, el actual presidente viajó a Estados Unidos para pasar Nochebuena en el país norteamericano, dejando en duda su participación en la toma de posesión del nuevo mandatario el próximo domingo 1 de enero.
Se espera que hoy miércoles, 28 de diciembre, el presidente dé su último mensaje a la nación y viaje el próximo 31 de diciembre con destino a Orlando, Florida, sin la compañía de la primera dama, Michelle Bolsonaro.
El jefe de Estado viajaría acompañado de varios asesores de la presidencia, que han sido designados como empleados de Bolsonaro cuando finalice su mandato, como lo ha manifestado el medio de comunicación UOL.
En estos casos, cuando el presidente se ausenta de la posesión de un nuevo mandatario, el vicepresidente sería el encargado de entregar la banda presidencial, algo que tampoco será posible pues la mano derecha de Bolsonaro, Hamilton Mourao, dejó claro que no entregará la banda a Lula porque no le corresponde.
Desde que Lula venció en las elecciones el 30 de octubre, ha sido una incógnita la identidad de la persona que hará el traspaso de poder al nuevo jefe de Estado. Bolsonaro nunca ha sido una opción, pues él mismo dejó claro a los suyos que no participará en un acto que le dará “gloria” a su rival.
De este modo, quien tiene mayores posibilidades de entregar la banda presidencial es el jefe del Congreso de Brasil, Rodrigo Pacheco, quien también preside el Senado y quien además ha cobrado mayor fuerza en los últimos días.
Pacheco abrirá la sesión inaugural en el Congreso para que presidente y vicepresidente electos firmen el acta de mandato. Después, el nuevo jefe de Estado acude al Palacio de Planalto donde recibe la banda y despide al saliente. Con la ausencia de Bolsonaro, la ceremonia empezaría y acabaría en las cámaras.
Otra de las opciones que se barajaron fue la de la presidente de la Cámara de Diputados, Arthur Lira, como también la de la expresidenta Dilma Rouseff (como una suerte de reparación histórica por el juicio político contra ella que luego se demostró infundado), o incluso la de convocar a un grupo de personas que representan a las poblaciones de riesgo de Brasil.
Lo que sí está claro es que, según la decisión de Jair Bolsonaro, no habrá acto tradicional de pasar la faja del presidente anterior a la persona que asume la Presidencia, en este caso Lula da Silva, que aceptará el cargo en la tarde del próximo domingo, el 1 de enero.
En su última intervención como dirigente, Bolsonaro agradecerá los 58 millones de votos que obtuvo en la segunda vuelta electoral donde perdió frente al líder del Partido de los Trabajadores, y anunciará que a partir de 2023 trabajará en la oposición del Gobierno de Lula.
Con información de Europa Press*