El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, sigue con los cambios dentro del Gobierno en un momento en el que se enfrenta a varias crisis al tiempo, principalmente, frente al control de la pandemia, las críticas de varios congresistas sobre el manejo de las relaciones internacionales del país y el acceso al mercado de vacunas global.
En la mañana de este martes, el jefe de Estado removió a toda la cúpula militar de las Fuerzas Armadas de Brasil, después de que en la tarde del lunes se conociera la renuncia del ministro de Defensa, el general Fernando Azevedo e Silva.
“Agradezco al presidente de la República (Jair Bolsonaro), a quien dediqué mi lealtad a lo largo de estos más de dos años, la oportunidad de haber servido al país como ministro de Defensa”, según una nota divulgada por el despacho del general luego de su renuncia.
El exministro no aclaró cuáles fueron las razones de su salida del gabinete. Sin embargo, manifestó que desde que asumió el cargo, hace dos años, siempre mantuvo “a las Fuerzas Armadas como instituciones del Estado” e igualmente indicó que las FF. AA. “nunca escatimarán esfuerzos para atender las necesidades y emergencias de la población brasileña”.
En el texto, el exfuncionario señala que se va “con la certeza de la misión cumplida”.
Esta salida coincidió con la de Araújo, quien terminó cediendo a las presiones de los congresistas oficialistas, quienes no estaban de acuerdo con la política exterior que ha desarrollado hasta el momento el gobierno de Bolsonaro.
En un documento divulgado por congresistas de ese país se criticó fuertemente la política exterior brasileña y se manifestó el país se ha convertido en un paria mundial. “Nuestra política externa es desastrosa y ayudó a convertir a Brasil en un paria mundial y una amenaza global” por el descontrol al que ha llegado la pandemia. “Su actuación compromete hasta la obtención de vacunas destinadas a salvar la vida de millones de brasileños”, dice el documento.
En remplazo de Araújo, un ideólogo en cruzada contra el “globalismo”, la “ideología de género” y “la ideología del cambio climático”, asumirá Carlos Alberto Franco França, diplomático de formación, de 56 años, quien se desempeñaba como funcionario de la asesoría especial de la Presidencia de la República y quien ha sido calificado por medios locales como un hombre más pragmático, pues además ya ha servido en misiones en Bolivia, Estados Unidos y Paraguay.
Horas después, Bolsonaro confirmó otros cuatro cambios en los ministerios de Justicia, de la Casa Civil (un cargo con atribuciones de jefe de gobierno) y de la Abogacía General de la Unión (AGU), que se ocupa de la defensa de los intereses jurídicos de la Federación.
Para la Secretaría de la Presidencia (un cargo de rango ministerial, de asesoría directa del presidente) fue designada la diputada Flávia Arruda, tercera mujer en integrar el gabinete, de 22 miembros.
La reforma tomó por sorpresa al país, que hace un par de días vio nombrar al cuarto ministro de Salud en dos años de gestión, el cardiólogo Marcelo Queiroga, en lugar del general Eduardo Pazuello, duramente criticado por el caótico manejo de la pandemia que ha dejado ya cerca de 315.000 muertos, con un promedio de más de 2.600 muertos diarios en los últimos siete días, casi el cuádruple que a inicios de año.
A esto hay que sumar que la vacunación en Brasil, que se inició en enero, ha sufrido varias interrupciones, pues hasta ahora, solo 13,6 millones de personas fueron vacunadas con la primera dosis y 4 millones con la segunda, en un país de 212 millones de habitantes, que ya cuenta con más de 12,6 millones de casos positivos y 314.000 muertos desde que inició la emergencia mundial en marzo del año pasado.