Japón es un país con unas costumbres bastantes particulares y cuya cultura es objeto de atracción por parte de los ciudadanos occidentales que se sienten atraídos por diferentes aspectos de su idiosincrasia.
Entre las muchas cosas que suceden en el país nipón y que son realmente extrañas, una de ellas es la profesión de yonigeya, que literalmente traduce ‘mudanza nocturna’ y que muy pocas personas se atreven a desarrollar. Se trata de hacer desaparecer a personas en la noche, sin dejar ningún tipo de rastro, pero hay que aclarar que no se trata de asesinos o sicarios.
Los profesionales en esta materia buscan dar un nuevo comienzo, en medio del anonimato, a quienes contratan sus servicios; los yonigeya se especializan en evaporar personas. En Japón, según el portal Business Insider cada año desaparecen 80.000 hombres y mujeres de forma voluntaria y se les conoce como los jouhatsu-sha (personas evaporadas).
Por lo general son mujeres que ha sufrido de maltrato, acoso, o japoneses con deudas, algo que en la cultura nipona es sumamente vergonzante para cualquier familia y que lleva querer borrarse del mapa.
Cuando toman la decisión de desaparecer para siempre sin dejar rastro es que contratan a los yonigeya, quienes se encargarán de realizar la ‘mudanza nocturna’, como se le conoce a esta práctica. Pero esto no es tan sencillo como salir de casa y mudarse a otra ciudad, por lo que estos profesionales orientan a sus clientes sobre cómo se deben comportar de ahora en adelante.
Se encargan del transporte, de encontrar vivienda en otra ciudad y de darle las pautas para someterse a una vida anónima en la que abandonará cualquier vínculo con el pasado.
Según Naoki Iwabuchi, un evaporador que fue entrevistado pro el medio chino South China Morning Post, en Japón esta práctica es mucho más fácil debido a la gran cantidad de pobladores que tiene ese país; además, no se requiere documento de identidad para realizar algunos trámites y se puede retirar dinero de forma anónima de los cajeros automáticos. Así mismo, en esa nación la privacidad tiene un valor supremamente alto y es bastante respetada, razón que ayuda mucho más con el objetivo de desaparecer.
Iwabuchi asegura que no hace nada ilegal y que su labor está permitida, por lo que puede llegar a cobrar entre 2.000 y 20.400 dólares por ayudar a evaporar a alguno de sus clientes. Según reveló este hombre, el 90 % de sus jefes son mujeres que buscan huir de la violencia doméstica, fenómeno que llevó a que su lista de clientes se triplicara desde que comenzó la pandemia.
Este hombre luce como todo un miembro del servicio secreto; utiliza traje, siempre lleva en su mano un maletín blindado para protegerse y carga un arma que estaría dispuesto a usar en caso de ser necesario.
Se conoce el video de cómo un guardaespaldas le salvó la vida al presidente de Japón tras el atentado terrorista
El presidente de Japón, Fumio Kishida, sufrió un atentado terrorista que por poco le cuesta la vida. La rápida reacción de su equipo de seguridad fue clave para que el mandatario no sufriera heridas de gravedad.
Kishida, de manera afortunada, salió ileso del incidente ocurrido el sábado 15 de abril, cuando Ryuji Kimura, de 24 años de edad lanzara una bomba artesanal durante un discurso electoral en el puerto de Wakayama, ciudad ubicada al oriente del país nipón.
En video quedó registrado cómo el artefacto cayó a pocos metros de Kishida y su guardaespaldas, al darse cuenta de lo que ocurría, alejó la bomba artesanal y empujó rápidamente al mandatario, sacándolo de la zona de peligro.
Las imágenes se volvieron virales en redes sociales y muestran la gran valentía del guardaespaldas quien es considerado héroe nacional en Japón.
En medio de la investigación que adelantan las autoridades del país la policía pasó más de ocho horas registrando el domicilio del sospechoso. Los vecinos del barrio fueron temporalmente evacuados, por si había otros explosivos en la vivienda.
La policía de Wakayama no hizo ninguna declaración oficial sobre lo hecho en la casa del atacante.
Eso sí, según informaron medios japoneses, específicamente la televisión nacional NHK, se hallaron en la casa del sospechoso lo que podría ser pólvora, así como objetos en forma de tubo y herramientas. Los investigadores creen que el artefacto explosivo era de fabricación artesanal.
Los equipos están analizando el teléfono y el ordenador de Kimura en busca de indicios, pero hasta ahora, el sospechoso se ha negado a dar detalles sobre el móvil del ataque.
Kimura fue trasladado el lunes a la oficina de la fiscalía de Wakayama, informó la prensa japonesa. La cadena NHK difundió imágenes en las que se le veía sentado en la parte de atrás de un coche policial.