Hace una semana, Argentina acudió a las urnas en medio de una nueva elección presidencial para escoger al sucesor de Alberto Fernández, quien fracasó como mandatario y sepultó a la izquierda del país gaucho. Muestra de esto no solo fue la histórica elección de Javier Milei, un libertario de derecha, sino el gran fracaso de su candidato, Sergio Massa, quien estuvo a 11 puntos del ganador de la contienda. El mandatario electo prometió una profunda reforma, la cual ya dio por iniciada.
La gran propuesta de Milei es cerrar el Banco Central y dolarizar el país, pero ha manifestado que ambas cosas tomarán tiempo. Primero, lo que propone para sacar a Argentina de la crisis económica es una profunda reforma al Estado con el fin de reducir los gastos del establecimiento y eliminar el déficit fiscal, que arrastra desde hace años. Dicha medida entrará en vigor el 10 de diciembre, día de su posesión como mandatario.
“Si no hacemos el ajuste fiscal, nos vamos a la híper”, advirtió el presidente electo en relación con la inflación y la dura situación económica que viven los argentinos. Pese a eso, manifestó que la población del común no se verá afectada por dichas medidas. “El ajuste lo va a pagar la política y sus socios, no la gente. Me voy a meter con la casta y los delincuentes”, remarcó Milei en una de sus primeras entrevistas después de la elección.
No obstante, la situación económica es tan delicada que Milei plantea que para que el país salga a flote tiene que finiquitar el déficit fiscal este mismo año, por lo cual, en menos de un mes, el nuevo mandatario pretenderá acabar con los grandes gastos del país. “La híper está plantada ya. En este gobierno se cometieron desmadres monetarios. La inflación va a seguir por 18 o 24 meses, aunque cortes la emisión hoy. La convertibilidad tardó 20 meses, el programa más exitoso de la política argentina”, dijo en diálogo con el periodista Alejandro Fantino.
“Vamos por un Estado acotado. Se respeta y se van a honrar los compromisos. Pero voy a hacer un ajuste de shock y poner a la economía en equilibrio fiscal. El 2024 tiene que terminar con equilibrio fiscal. Eso significa que si no tenés déficit no generás deuda”, expresó con respecto a las cuentas pendientes de Argentina, recordando que la deuda externa es de alrededor de 276.000 millones de dólares y la inflación interanual, del 143 por ciento.
Mientras tanto, las propuestas estrella del libertario tendrán que esperar un poco más. Ya anunció que el director del Banco Central será Demian Reidel, un hombre cercano a la derecha libertaria, encargado de estar al frente de la entidad hasta que el presidente logre su cierre definitivo, ya que –como considera Emilio Ocampo, asesor cercano a Milei– la clausura de la entidad significa “cerrar la capacidad del poder político de emitir dinero para financiar su gasto y desvalorizar la moneda”, según dijo en una rueda de prensa.
La dolarización se dará antes de 2025, según el libertario, y con esta medida espera acabar con la inflación de un plumazo, aunque se advierte que el proceso es más difícil de lo esperado. Por ejemplo, si el país llegara a no tener los suficientes dólares para su economía, estos podrían escasear y obligar al Gobierno a endeudarse para completar las necesidades de un país que empezaría a cobrar y pagar salarios en dólares.
“No hay plata”
En medio de su revolución radical, hay muchos preocupados dentro de los funcionarios del servicio público argentino, pues el mismo Milei aseguró que debido a la situación es posible que no se dé la prima navideña a los trabajadores de las entidades estatales. Dejó entrever que es probable que la obra pública se vea totalmente paralizada hasta el próximo año, a menos que privados quieran culminar las construcciones.
“No tenemos plata. Por lo cual, esas obras pueden ser entregadas al sector privado. Si no hay plata, nos vamos a 95 por ciento de pobres y 70 por ciento de indigentes. El plan más parecido al que nosotros proponemos es la convertibilidad”, sostuvo Milei en una entrevista, recordando que el país tiene alrededor de 40 por ciento de la población en la pobreza, y la indigencia cercana a los 10 puntos. De igual manera, manifestó que el ministro que gaste más de lo debido será despedido.
Igualmente, volvió a reivindicar sus valores libertarios y aseguró que el país tendrá esperanza para el futuro. “El mensaje de la libertad es un mensaje transversal. El liberalismo fue creado para liberarnos, precisamente, del opresor que hoy llamaríamos Estado. El Estado presente es lo que nos está empobreciendo”. Afirmó que no les va a quitar la comida a los ciudadanos, pero sí les va a devolver la libertad que les quitó el asistencialismo de los Gobiernos pasados.
La privatización también es una de las consignas políticas con la que espera cambiar el destino de Argentina: aumentar los ingresos del Estado a través de las ventas de las empresas públicas, así como reducir drásticamente los gastos de dichas organizaciones estatales. El plan privatizador arrancará con la petrolera YPF, la empresa de energía Enarsa y el conglomerado de medios públicos, de los cuales espera deshacerse en sus primeros meses como mandatario.
En materia política, Milei aún tiene mucho trabajo por hacer: necesita consolidar numerosos apoyos de aquí a que asuma el poder el próximo 10 de diciembre, pues su partido, La Libertad Avanza, cuento apenas con 38 congresistas, de un total de 257. Espera que se consolide el apoyo del expresidente Mauricio Macri, que le puede aportar otra treintena a su coalición. Esto, en contraste con la unión de movimientos peronistas, que llegan hasta los 108 parlamentarios.
Ese puede ser el gran obstáculo para las reformas radicales del presidente electo, ya que, si bien el kirchnerismo perdió las elecciones presidenciales de forma contundente, aún tiene la llave para aprobar o rechazar las propuestas del presidente libertario. Milei, con este panorama, se verá obligado a dialogar y negociar con todos los congresistas a los cuales insultó durante la consolidación de su carrera política. A unos los ha llamado “ladrones, casta política y mugre”.
El otro gran reto será en materia internacional. Por ejemplo, la gran mayoría de los principales mandatarios del mundo lo felicitaron en su victoria y manifestaron su voluntad a fin de trabajar juntos. Pero en la región hubo protestas por la elección de Milei, como las de Colombia, México y Bolivia. A su posesión no irá el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, por los insultos que recibió del entonces candidato, y tampoco Joe Biden, aunque por temas de agenda.
Aun así, Milei ha mantenido la calma con las relaciones internacionales, en las que, a pesar de lo que manifestó en su momento, se espera que mantenga las relaciones con socios claves del país aunque sean de izquierda, como Brasil o China. De igual manera, ya se comunicó con el papa Francisco, al que hace unos meses tachaba de comunista y de ser enviado del “maligno”. En la charla, el sumo pontífice lo felicitó y le habría aconsejado enfrentar su nuevo cargo con “sabiduría y coraje”. Milei le habría respondido: “Coraje no me falta y a la sabiduría la estoy trabajando”. Arranca la nueva etapa de Argentina. ¿Cambio o salto al vacío?