El presidente estadounidense, Joe Biden, calificó a su par ruso Vladimir Putin de “carnicero”, durante un encuentro con refugiados ucranianos en Varsovia. Interrogado sobre su opinión acerca de Putin tras haber charlado con los refugiados, Biden respondió: “Es un carnicero”.
No es la primera vez que el líder estadounidense usa este tipo de palabras al referirse a Vladimir Putin, considerado el principal responsable de la invasión rusa a Ucrania, que ha dejado miles de muertos hasta ahora. En los últimos días se refirió a él como “criminal de guerra”.
Durante su encuentro con los refugiados, retransmitido en directo por varias cadenas de televisión desde el estadio nacional de Varsovia, Biden abrazó a dos mujeres jóvenes.
Al resumir sus impresiones tras la visita al centro de acogida del estadio, describió a los niños pequeños que acababa de ver como “hermosos” e informó de que le habían pedido que rezara “por su padre, su abuelo y su hermano”.
Biden también subrayó que “sabía bien lo que era tener a alguien cercano en una zona de guerra”, en alusión a su hijo Beau Biden, que murió en 2015 de cáncer, habiendo combatido en Irak.
El presidente de Estados Unidos se reunió el sábado en Varsovia con dos ministros ucranianos para demostrar su apoyo al país invadido por Rusia y puso en duda que Moscú hubiese limitado sus objetivos militares, después de un mes de encarnizados combates.
Biden recibió en la capital polaca al ministro ucraniano de Relaciones Exteriores, Dmytro Kuleba, y al de Defensa, Oleksiy Reznikov, en su primer encuentro con miembros del Gobierno de Kiev desde el inicio de la invasión rusa el 24 de febrero.
En la conversación, se habló del “inquebrantable compromiso [de Estados Unidos] con la soberanía y la integridad territorial de Ucrania”, informó el portavoz de la diplomacia norteamericana, Ned Price.
Biden se reunió posteriormente con el presidente polaco, Andrzej Duda, a quien le reiteró el “compromiso sagrado” de Estados Unidos con el pacto de defensa colectiva de la Otan, en un mensaje destinado a los países fronterizos de Ucrania preocupados por la ofensiva rusa.
El presidente ruso, Vladimir Putin, ordenó la invasión con los objetivos de destruir las capacidades militares de esta exrepública soviética y de derrocar al gobierno prooccidental de Volodímir Zelenski.
Pero un mes después, las tropas rusas suman magros avances, no han logrado casi capturar ninguna ciudad importante y los ataques contra civiles son cada vez más letales.
El viernes, un alto oficial ruso anunció sorpresivamente que en adelante la ofensiva se centraría en la “liberación” del Donbás, en el este del país, ya dominado parcialmente por grupos separatistas prorrusos.
El jefe de Estado mayor adjunto de las Fuerzas Armadas, Serguéi Rudskoy, afirmó que esa nueva orientación se debe a que “los principales objetivos de la primera fase de la operación fueron alcanzados” y que “las capacidades de combate de las fuerzas ucranianas fueron reducidas de manera significativa”.
Esta aparente modificación de estrategia coincide con informaciones occidentales de que Moscú perdió a un séptimo general en la guerra y de que un coronel fue abatido por sus propios hombres.
Los rusos enfrentan además una contraofensiva en Jersón, la única ciudad importante que han logrado capturar.
Pero Biden no está convencido de que el anuncio de un cambio de estrategia ruso corresponda a la realidad.
Interrogado en Varsovia por un periodista sobre las implicaciones de ese cambio, Biden respondió: “No estoy seguro de que hayan cambiado”.
Este sábado 26 de marzo, la ciudad de Leópolis (Lviv), en el extremo oeste de Polonia, relativamente poco afectada por la guerra hasta ahora, fue blanco de dos bombardeos que dejaron cinco heridos, informó el gobernador regional.
El alcalde de Chernígov (norte) alertó por su lado que las tropas rusas han cerrado el cerco y que ya resulta prácticamente imposible evacuar a los civiles y a los heridos de esta ciudad situada a 120 km de Kiev.
Desde el inicio de la invasión, más de 10 millones de ucranianos (un cuarto de la población) han debido abandonar sus hogares y 3,7 millones han salido del país, 2,2 millones de ellos hacia Polonia, según datos de las autoridades ucranianas y de la ONU.
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, acusó por su lado a Rusia de alentar una peligrosa carrera armamentística con el alarde de sus armas nucleares.
En una intervención por videoconferencia en el Foro de Doha (Catar), Zelenski pidió además a Catar que aumente su producción de gas natural, para evitar las presiones rusas sobre la Unión Europea (UE), sumamente dependiente de las importaciones de hidrocarburos rusos.
Estados Unidos y la UE anunciaron el viernes la creación de un grupo de trabajo para reducir la dependencia de Europa de la energía fósil de Rusia, proyectando la entrega de gas estadounidense.
Con información de la AFP.