Hace un par de meses, el expresidente Donald Trump vio cómo allanaron su hogar en Mar-a-Lago, en Florida, después de que se supiera que tenía en su poder documentos confidenciales que no se debió llevar de la Casa Blanca cuando terminó el mandato.
Ahora el que se ve salpicado por un escándalo similar es su rival, el presidente Joe Biden, que se habría quedado con información de cuando fue vicepresidente de Estados Unidos.
El primer paquete fue encontrado en uno de sus despachos en el Centro Penn Biden para la Diplomacia y el Compromiso Global, un think tank, inaugurado en 2018, que gestiona programas académicos y eventos sobre política exterior. Y pocos días después se hallaron más textos confidenciales en el garaje de su casa en Delaware, un total de 20 documentos que el mandatario tenía en su posesión.
Mientras tanto, desde la Casa Blanca se han negado a responder cualquier pregunta de la prensa, ya que avanza una investigación de la Justicia norteamericana para determinar cómo terminaron dichos documentos clasificados en las oficinas y la casa de Biden. “Todo se va a aclarar, estoy seguro”, dijo el mandatario estadounidense, quien también aseguró que estaba sorprendido por la existencia de los textos clasificados y que no tiene conocimiento de qué tratan. La defensa del demócrata afirmó que dichos archivos se traspapelaron, pero no hubo intención de delito.
Las críticas contra el presidente han llovido, ya que sus opositores lo acusan de no estar manejando el país con transparencia. Esto, debido a que los documentos habían sido encontrados por el equipo de Biden en noviembre, pero no quisieron revelarlo a la opinión pública para no afectar la imagen del mandatario antes de las elecciones intermedias, en las que su partido y su administración se jugaban la gobernabilidad para lo que resta del mandato.
Sobre la coincidencia que tiene este caso con el de Trump y su residencia en Florida, Adam Schiff, exjefe del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, declaró en una entrevista con ABC: “Hemos pedido una evaluación en la comunidad de inteligencia de los documentos de Mar-a-Lago. Creo que deberíamos obtener la misma evaluación de los documentos”. Ahora será la justicia la que determine si Biden o su equipo cometieron algún delito con el manejo de los archivos.
Por ser los documentos clasificados, se desconoce su naturaleza, pero Schiff dijo que no se descarta que estos puedan ser un problema de seguridad nacional si contienen información delicada leída por personas sin autorización. “No creo que podamos excluir esa posibilidad sin conocer más de los hechos”, señaló el exfuncionario.
El expresidente Trump aprovechó la ocasión para burlarse de su oponente y la comparación con el allanamiento de su residencia privada en Mar-a-Lago .“Este es uno de los aparentemente muchos lugares donde se almacenan documentos altamente clasificados (en una gran pila en el suelo húmedo)”, declaró el exmandatario en la cuenta de su red social, Truth Social.
Biden se defiende de cualquier acusación con el argumento de que fue su propio equipo el que reportó el hallazgo de los archivos confidenciales en las propiedades del presidente al Departamento de Defensa.
Pero, sin duda, todo este escándalo deja muy mal parado al mandatario o, al menos, lo deja en tablas con Trump. Ya será el tiempo y la justicia los que le den fin a esta situación y muestren si el demócrata cometió o no un delito.