El expresidente de Uruguay, Pepe Mujica, aseguró en una rueda de prensa ofrecida en las últimas horas que después de hacerse un chequeo resultó confirmándose un tumor en el esófago, “que es algo muy comprometido y que es doblemente complejo en mi caso porque padezco de una enfermedad inmunológica hace más de 20 años que me afectó los riñones, dijo el exmandatario durante la rueda de prensa.
“Quiero transmitirles a las pibas y pibes que la vida es hermosa, y se gasta y se va”, dijo. “El quid de la cuestión es volver a empezar cada vez que uno cae, y si hay bronca, que la transformen en esperanza y que luchen por el amor, que no se dejen engatusar por el odio. Nadie se salva solo”, aseveró.
“Mientras pueda, seguiré militando y entretenido con las verduras. Mientras el rollo aguante, voy a seguir (...) Quiero transmitirles a las pibas y pibes que la vida es hermosa, y se gasta y se va”, dijo el expresidente. Mujica, de 88 años, agregó que debido a esa enfermedad hay “dificultades” para emplear técnicas de quimioterapia o cirugías, por lo que los equipos médicos están evaluando las formas de tratamiento más viables.
“Estoy agradecido y que me quiten lo bailado”, aseguró Mujica concluyendo, no sin antes advertir con retranca a los periodistas que no le preguntaran por cuestiones médicas. “No tengo ni idea lo que van a hacer los tipos, así que de medicina no pregunten nada”, dijo.
Su pareja y exvicepresidenta, Lucía Topolansky, confirmó al diario El Observador que la molestia la había presentado un día antes del 26 de abril, durante la comida y sintió una molestia después de comer un filete de pescado sin espinas.
El mismo día el exmandatario fue internado donde le hicieron una endoscopia para saber qué era lo que había ocurrido, corroborando que no se trataba de una espina como había presumido su pareja. Lo que sí constataron los médicos según narra El Observador es que se trató de un “cuerpo extraño” que provocó una úlcera en la parte del esófago.
Durante la dictadura militar que gobernó Uruguay entre 1973 y 1985, Mujica pasó más de 13 años en prisión, donde sufrió torturas y maltratos. Sin embargo, continuó su activismo político y social incluso desde la cárcel.
En el momento de su presidencia, Mujica se destacó por su estilo de vida austero, su rechazo a los lujos del poder y su enfoque en la igualdad social. Impulsó políticas progresistas en áreas como la legalización del cannabis, el matrimonio igualitario y la redistribución de la riqueza.