El rey emérito Juan Carlos I llegó este miércoles a España en su tercera visita desde que se instaló en Abu Dabi a mediados de 2020, perseguido por las sospechas sobre su fortuna opaca, constató un fotógrafo de la AFP.
Juan Carlos de Borbón descendió lentamente del jet privado que lo trajo al aeropuerto de la ciudad gallega de Vigo (noroeste), sujetándose con ambas manos de la escalerilla, según imágenes que difundió la televisión pública.
De chaqueta azul marino, el exjefe de Estado español (1975-2014) se dirigió después en un vehículo a la localidad de Sanxenxo.
El rey emérito, de 85 años, suele visitar Sanxenxo porque es ahí donde se encuentra el velero “Bribón”, que históricamente capitanea cuando compite en regatas.
Según medios españoles, tiene previsto participar en una regata este fin de semana.
Esta visita tiene lugar a pocos días de las elecciones legislativas en España del domingo pasado, que no resultaron en una mayoría política clara, lo que sumió a España en una incertidumbre que podría desembocar en la repetición de los comicios en unos meses.
El rey emérito también eligió Sanxenxo para su primera visita a España, en mayo de 2022, tras autoexiliarse en los Emiratos Árabes Unidos a mediados de 2020, perseguido por las informaciones sobre la opacidad del origen de su fortuna.
En aquel viaje, Juan Carlos no rehuyó a las cámaras y fue aclamado por la gente, irritando al gobierno del socialista Pedro Sánchez y a quienes creen que debe responder por las sospechas que acarrearon su abdicación en favor de su hijo, Felipe VI, en 2014.
“Explicaciones, ¿de qué?”, respondió en aquella ocasión Juan Carlos cuando le preguntaron si iba a dárselas a su hijo.
Su segunda visita, en abril pasado, fue mucho más discreta. El rey emérito se limitó a saludar a la prensa desde su vehículo, sin siquiera bajar la ventanilla.
En marzo de 2022, la Fiscalía española archivó las tres investigaciones relacionadas con la fortuna del monarca, pese a haber detectado irregularidades, alegando la inviolabilidad de que disfrutó mientras fue jefe de Estado y la prescripción de los posibles delitos.
Cronistas españoles muy bien enterados, como la periodista y biógrafa de la realeza, Pilar Eyre, anotan que cada visita de Juan Carlos al país supone un motivo de incomodidad para sus hijos Felipe, quien está tratando de componer la imagen de la monarquía tras el desastre que fue el último tramo del reinado de su padre.
De acuerdo con Eyre, si el emérito ha guardado un bajo perfil en las últimas visitas, fue porque su propio hijo le ordenó que procediera de esa manera.
De igual modo, la visita se vio precedida por el rumor de que Juan Carlos contaba con el triunfo de Alberto Núñez Feijóo, candidato del PP, para emprender el retorno a España.
Ello porque cree que esa colectividad es más sensible al derecho que reclama de pasar sus últimos años en el país al que devolvió a la democracia, luego de heredar todos los poderes absolutos del dictador Francisco Franco.
Sin embargo, allegados a Juan Carlos, al parecer autorizados por él, se encargaron de desmentir esta versión, que de ser cierta volvería ser otra piedra en el zapato para la monarquía y para Felipe VI, ya que la institución se basa en el principio de neutralidad y no intromisión en la política, a menos que sea para moderar el debate político.
Al rey Felipe le contrarían tanto las visitas de Juan Carlos al país, que hasta les prohibió a sus hermanas, las infantas Elena y Cristina, que hagan cualquier despliegue público de un encuentro con él.
*Con información de la AFP.